Una compañera del entrenador vigués acusado de abusos sexuales a una menor ha explicado este martes que es "imposible" que los masajes o ejercicios de estiramiento a los deportistas incluyan tocarles los genitales, aunque en ocasiones se pueda acceder a la zona de las ingles, o rozar accidentalmente el pecho.

Así lo ha señalado en su declaración como testigo en el juicio que se celebra en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra contra un profesor de taekwondo acrobático, para el que la Fiscalía pide 5 años de cárcel por supuestos tocamientos a una niña de 15 años a la que entrenaba, durante unas clases particulares en su casa.

En la jornada de este martes ha declarado esta colaboradora del club deportivo, que practicaba ejercicios de expresión corporal con los jóvenes, y que explicó que es frecuente hacer con ellos actividades que implican contacto físico para ayudarles a tener más fluidez en sus movimientos, para que "sean conscientes" de su propio cuerpo o para aliviar sobrecargas musculares.

A ese respecto, ha reconocido que sabía que el acusado había hecho esos "trabajos corporales" con los jóvenes, en los que es común "agarrarlos por detrás", "moverles las caderas" mientras están 'a cuatro patas', e incluso interesarse por aspectos emocionales e íntimos de su vida, relacionados con su madurez sexual, como "si tienen la regla o si les han crecido los pechos". En esa línea, ha indicado que también es habitual que, en ciertos ejercicios y estiramientos, se le pida a las alumnas que se quiten el sujetador.

Sin embargo, cuestionada por la Fiscalía acerca de los tocamientos que supuestamente sufrió la víctima, esta testigo ha precisado que esos ejercicios "no tienen connotación sexual", y que, aunque se puede manipular ciertos músculos próximos a la ingle o al pecho, "es imposible" que se toque la vagina.

Esta entrenadora ha dado por hecho que "se malinterpretó" lo que hizo el acusado con la menor denunciante, ambos a solas en la casa de él, aunque ha admitido que ha conocido las hechos solo por la versión del entrenador, porque ni la niña ni su madre quisieron hablar con ella. "Para la gente que no los conoce, estos ejercicios, descontextualizados, son un problema", ha añadido.

Otros testigos

En la segunda jornada de este juicio han declarado también como testigos varios jóvenes deportistas que entrenaban con el acusado y la víctima y todos han coincidido en señalar que eran frecuentes los ejercicios de expresión corporal, el contacto físico con el entrenador o la realización por parte de éste de masajes para aliviar dolores o sobrecargas.

No obstante, han precisado que el acusado nunca les hizo preguntas sobre si mantenían relaciones sexuales o si se masturbaban (como supuestamente le hizo a la víctima), ni les había tocado los genitales, y algunos de ellos incluso señalaron que nunca habían estado a solas con el entrenador en su casa para hacer ejercicios o entrenamientos.

Asimismo, han explicado que, después de los hechos, la víctima continuó en el club y que, de hecho, participó en un campeonato, en el que se comportó "como si no hubiera pasado nada".

Este martes ha prestado también declaración una experta en taekwondo, expresidenta de la Federación Gallega, quien ha explicado que es normal que los entrenadores se interesen por aspectos emocionales y personales de los deportistas. "La conexión entrenador-deportista requiere de un grado de confianza extremo", ha subrayado.