Adrián Alonso usa patinete eléctrico toda la semana. Cuando tiene que ir a trabajar, se recorre la ciudad desde la zona de O Vao hasta Travesía porque, como reconoce, a pesar de que va a una velocidad menor que en coche, llega antes: "El tiempo que se pierde en ir al buscar el coche y aparcar es mayor; además, ahorro en combustible".

Misma opinión muestra Jaime Domínguez, que utiliza el patinete para desplazarse a su trabajo -va desde Coia hasta la zona de Povisa- y hacer recados. "Es mucho más práctico: no tienes que aparcar, lo pliegas y lo guardas, lo cargas en casa... es una maravilla; se ahorra tanto tiempo como dinero". Aunque no es obligatorio, tiene un seguro de responsabilidad civil para circular con más tranquilidad por las calles olívicas -el precio va desde los 20 euros al año y no suele llegar a los 100-.