Las mascarillas, las distancias de seguridad entre los asistentes y el reducido aforo en el salón de actos de la Facultade de Ciencias Económicas e Empresariais de la UVigo sirvieron de espejo 2020-2021, marcado por la pandemia del Covid-19. En este escenario, tuvo lugar ayer la inauguración oficial del curso, a la que asistieron los tres rectores de las universidades gallegas -Manuel Reigosa, de la UVigo; Antonio López, de la Universidad de Santiago de Compostela; y Julio Abalde, de la Universidad de A Coruña-, miembros de la comunidad universitaria y representantes políticos, como el alcalde vigués, Abel Caballero; el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; el presidente del Parlamento gallego, Manuel Santalices; o el delegado del Gobierno, Javier Losada.

Reigosa, en representación de las universidades de Galicia, destacó en el discurso de apertura, realizado "en clave de país", el papel que "pueden y deben" tener estas instituciones no solo para cumplir sus funciones básicas -formar a las personas egresadas, producir nuevos conocimientos y transferirlos al tejido social, expuso-, sino también para "intentar elevar la mirada y hacer de Galicia un lugar mejor, más próspero y con un futuro asegurado como productor de conocimiento" en tiempos de crisis económica por la presencia del patógeno. El rector concretó que esta es la receta para solucionar los grandes problemas de la sociedad gallega, que, además de encontrarse con las dificultades generadas por la situación sanitaria, tiene que combatir el declive demográfico, el envejecimiento y el abandono del rural.

"Será un curso impredecible. Son tiempos difíciles en los que hay que tomar decisiones que afectan profundamente al futuro de Galicia", apuntó el rector antes de poner en valor el trabajo llevado a cabo por las universidades gallegas durante la primera fase de la pandemia para que todos los alumnos finalizasen el curso "con éxito" y pudiesen adquirir las competencias. "Hicimos bien los deberes y nos adaptamos en tiempo récord", comentó Reigosa, a la vez que recordó que hubo que enfrentarse "de forma inesperada" a dos barreras que emergieron con la irrupción del coronavirus: la imposibilidad de continuar la docencia presencial y la brecha digital surgida en el caso de los jóvenes que no contaban con medio en sus hogares para disfrutar de las clases telemáticas. "La solución que encontramos en la Universidad de Vigo fue entregar gratuitamente a 350 estudiantes que tenían este tipo de problemas una solución técnica", argumentó. De vuelta en las aulas, la entidad olívica ofrece tres modalidades de docencia: presencial, mixta o totalmente telemática, permitiendo la docencia simultánea a estudiantes en el aula física y en el aula virtual.

El máximo representante de la UVigo enumeró los deberes que Galicia tiene pendientes: "está claramente por debajo del promedio europeo" en patentes, en colaboración público-privada en la innovación, en el diseño de aplicaciones y en la innovación en pymes; pero también quiso señalar los puntos fuertes: se sitúa en el lado contrario en porcentaje de población con estudios superiores, producción científica y solicitudes de marca inscrita. "Disponemos de una oportunidad para colocarnos como un país avanzado en innovación. Tenemos mucha gente muy bien formada y centros de investigación de excelencia, así como otras instituciones dedicadas al I+D y potentes centros tecnológicos que participan en la innovación de nuestras empresas", apostilló el rector, que citó el Centro de Investigación Mariña, atlanTTic, Cintecx; Cinbio o Ecobas.

Música y economía

Rodrigo Romaní y Bea Martínez interpretaron con sus arpas el Gaudeamus Igitur y el Himno de Galicia, con el que pusieron el broche final al evento. El catedrático de Economía Aplicada Xosé Carlos Arias ofreció una lección en la que abordó el impacto que produce en la economía y la política la velocidad a la que se suceden los hechos.