La Universidad de Vigo ya está en marcha. Ayer, comenzó de forma oficial el curso 2020-2021, el más atípico de toda su historia y el que más retos plantea. Con el regreso de los jóvenes, las aulas volvieron a sonreír tras varios meses vacías a causa del Covid-19 y de las vacaciones de verano. Las escuelas y facultades no tienen el mismo aspecto que todos los septiembres: dispensadores de gel hidroalcohólico, carteles informativos para recordar las medidas contra el virus y puntos de color verde para señalar a los alumnos dónde se deben sentar recuerdan que estamos en medio de una pandemia. También las mascarillas, que dibujan el rostro de estudiantes y docentes y formarán parte del uniforme durante todo el año académico si no lo remedia la vacuna.

Durante la jornada del lunes, se incorporó el alumnado del primer curso de los grados que se imparten en la institución olívica: más de 3.500. En los próximos días, empezarán el resto de grupos,aunque algunos ya han pisado las escuelas y facultades en las jornadas de bienvenida y en actividades programas desde el 7 de septiembre. La cifra de matriculaciones se comunicará esta semana en una rueda de prensa, pero la entidad adelanta que se superará la del año pasado: 20.100. En esta nueva normalidad, los centros de la UVigo dispondrán de aulas preparadas para impartir docencia presencial de forma simultánea al alumnado y en remoto para aquellos centros que opten por este sistema. En total, 17 grados ofrecerán docencia 100% presencial, más de una veintena lo harán de forma parcialmente presencial y el resto seguirá un modelo mixto.Escola de Enxeñaría Industrial

La Escola de Enxeñaría Industrial es uno de los centros que apuesta por mantener la presencialidad en la totalidad de las materias. Ayer, el edificio de Torrecedeira recobró mínimamente el pulso con la llegada de los alumnos de primero de carrera -durante la semana, regresarán los demás cursos-. Las flechas en el suelo para indicar las direcciones y evitar el contacto entre los jóvenes, los dispensadores de gel hidroalcohólico por los pasillos o las marcas en las sillas para asegurar la distancia interpersonal en el interior de las aulas son las cicatrices que transparentan el inicio de un curso totalmente diferente marcado por el coronavirus.

Diego Santórum es uno de los estudiantes que debutó en la UVigo. A la salida de su primera clase, y provisto de mascarilla con temática de cómics, este futuro ingeniero industrial aseguraba haber superado con éxito la toma de contacto real. "Es un tanto extraño por ser el primer día en un sitio nuevo y con una situación excepcional, pero no faltan las ganas. Durante las primeras horas, me acostumbro poco a poco a la mascarilla, pero es cierto que llevamos muchos meses con ella. Es lo que queda", destacaba antes de desear que el curso académico sea lo más "normal" posible dentro de lo raro que es cambiar de etapa en medio de una pandemia: "Espero que podamos habituarnos pronto y que no haya que recurrir a las clases telemáticas, eso no me gustaría".

Por los pasillos de la Escola de Enxeñaría Industrial, a punto de entrar en una clase, se encontraba pasadas las 11.30 horas Andrés Oroña, de O Rosal, que reconocía estar "un poco perdido" en su primer día como universitario. "La mascarilla agobia un poco, pero, de momento, eso lo llevo bien, es cuestión de adaptarnos: llevamos varios meses con ella de un lado para otro. Tuvimos un mes de clases presenciales en Bachillerato y ya estoy más habituado a que los compañeros estén más separados, pero éramos menos alumnado, era menos agobiante que aquí", comentaba, a la vez que destacaba que no le gustaría que las clases fuesen telemáticas. "La cercanía del profesor siempre ayuda a la comprensión y a que las materias se lleven de mejor forma. Prefiero que sean presenciales".

Misma opinión mostraban Paula Figueroa, Antía Domínguez y Susana Prado, de Vigo: "Estando en el aula, te enteras mejor de las asignaturas". Las tres confesaban que llevaban "bien" el primer día en la universidad, con la esperanza de "aprobar la mayor cantidad de materias posible" y con el deseo de que la situación sanitaria vaya a mejor para evitar recibir clases vía online.

Desde esta semana, se empezarán a hacer pruebas PCR entre los trabajadores de la universidad. Está previsto que, a lo largo del curso, se realicen test aleatorios de control semanal entre los estudiantes.