Por más que los gallegos creamos conocerlo todo sobre uno de los manjares de nuestras rías y sea el centro de atención de estudiosos de todo el mundo, el pulpo todavía guarda muchos secretos. Algunos tienen precisamente la finalidad de evitar acabar formando parte de nuestro menú o de ser devorados por depredadores, pero una investigación publicada en la revista Marine Biodiversity ha desentrañado una peculiar táctica de la especie Octopus vulgaris para sobrevivir. Firmada por los vigueses Jorge Hernández-Urcera y Manuel Enrique Garci, -ambos del departamento de Ecología y Recursos Marinos del Instituto de Investigaciones Marinas de Bouzas (IIM-CSIC)- en alianza con el también gallego Miguel Cabanellas-Reboredo, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Baleares, su trabajo documenta cómo desde muy joven el cefalópodo logra librarse del enemigo con una acción tan sencilla como echarse a andar.

De la satisfacción de este equipo de biólogos por la publicación internacional de su investigación titulada "La locomoción bípeda del Octopus vulgaris" habla en nombre de los tres Urcera: "Hemos logrado reportar por primera vez que el pulpo común puede caminar sobre dos de sus brazos como si fueran piernas. Este tipo de locomoción la utilizan los ejemplares más pequeños cuando se sienten amenazados para poder desplazarse mientras permanecen camuflados, aumentando así sus opciones de escape".

El protagonista de su investigación es un pulpo juvenil, de poco más de 20 centímetros de longitud, grabado en la ensenada de Rodas, en Cíes. La secuencia arranca cuando sale de su guarida y concluye con el inicio de la natación a propulsión. Hasta aquí todo normal. Lo llamativo comienza cuando el pulpo levanta los brazos dorsales porque al mismo tiempo emplea los ventrales izquierdo y derecho a modo de piernas. Y así es como camina sobre la arena.

Si los pulpos, en lugar de caminar lentamente optasen por escapar nadando a propulsión, "perderían la capacidad de camuflaje". Urcera incide sobre ese formidable mimetismo característico de esta especie que le permite cambiar el color y textura de su piel clonando la de la superficie o el entorno donde se encuentra porque de esta forma, caminando sobre dos de sus brazos, "consiguen alejarse de su depredador al mismo tiempo que siguen disfrazados", resume.

Confundirse con las algas

Se trata de una estrategia más que desarrolla el pulpo gallego para sobrevivir en ambientes tan hostiles y con abundancia de depredadores como las rías. Pero además de "caminar" solo para seguir mimetizado con el terreno con el objetivo de despistar al enemigo, los investigadores sugieren que esta familia de cefalópodos perfecciona la estrategia de confusión. O que sería más rebuscada que la simple reacción de salir "corriendo" para escapar de una potencial amenaza. Interpretan que ese caminar danzarín levantando sus brazos frontales "seguramente lo hacen para intentar parecerse a las algas presentes en esa zona, así los depredadores con poca agudeza visual no son capaces de detectarlos".

Este comportamiento de locomoción bípeda fue descrito por primera vez en dos especies de pulpo tropicales gracias a una investigación de la científica californiana Christine L. Huffard que la revista Science, la más prestigiosa a nivel mundial, publicó en 2005. "Pero en Octopus vulgaris es la primera vez", subraya Urcera. Para este biólogo su último trabajo cobra un significado muy especial, emotivo, al dedicárselo a la memoria de su madre, María Luz Urcera Magariños, fallecida recientemente,. "Una gran amante del mar y un maravilloso ser humano. Fue ella la primera en ver el vídeo del pulpo caminando y quien me animó a publicarlo", rememora.