Un buen susto y mucha tensión fue lo que se vivió ayer en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo. Y es que un joven que acababa de comparecer investigado por un delito de violencia de género a su pareja intentó arrojarse desde una de las ventanas de la sala, ubicada en la cuarta planta del nuevo edificio judicial. La intervención de su abogado de oficio fue clave, ya que logró agarrarlo a tiempo. Ayudado después por funcionarios y policías nacionales, consiguieron introducir al chico en el interior. Tras personarse una forense del Imelga y sanitarios del 061, se decidió el traslado en ambulancia del joven al Hospital Álvaro Cunqueiro.

Detenido por presunto maltrato a su novia, el hombre era puesto ayer a disposición del juzgado especializado en la materia. El caso se resolvió en una vista de conformidad en la que aceptó una condena de trabajos en beneficio de la comunidad y de alejamiento y prohibición de comunicarse con su pareja. Y, mientras esperaban la documentación judicial de dicha conformidad, ocurrió todo. El joven estaba en la sala del juzgado reservada para detenidos e investigados. Su letrado, tras hablar con la abogada de la parte contraria, decidió entrar para que su cliente no estuviese solo, ya que lo había visto nervioso. Y se lo encontró ya sentado en la ventana, con los pies hacia fuera, en una evidente situación de peligro.

Primero intentó tranquilizarlo y convencerlo para que volviese al interior de la sala, sin conseguirlo. Y en un momento dado, al moverse el joven y ponerse en una situación de claro riesgo de caída con parte del cuerpo ya colgando, logró agarrarlo por un brazo. El abogado gritó pidiendo ayuda y varios funcionarios del juzgado colaboraron con él para arrastrar al joven hacia el interior. Se personaron también los policías que hacen labor de vigilancia en los juzgados y más tarde una patrulla de comisaría. "Afortunadamente, al final todo quedó en un susto", confesaba todavía nervioso, aunque aliviado el abogado, Miguel Estévez.