La Sección Quinta es una de las salas que más está usando los medios técnicos y telemáticos en estos tiempos de coronavirus. El martes, en un juicio por tráfico de drogas, el acusado ya ni estaba en la sala de vistas: compareció desde A Lama. Y aunque en la vista de ayer los encausados por este caso de sumisión química sí se sentaron en el banquillo, hubo un sinfín de videoconferencias con testigos y policías que declararon desde Pontevedra, Santiago o Madrid. Eso sí, algunas de estas videoconferencias pusieron a prueba la paciencia del tribunal y de los abogados, como una con Córdoba en la que no se logró establecer la conexión hasta ya alcanzado el mediodía.

Otra de las novedades vistas ayer fue una cámara "aérea" en el techo que permite grabar los documentos de la causa y que éstos se visualicen en una gran pantalla en la sala. Así se evita que los testigos o los agentes se acerquen al estrado cuando deben ratificar que una firma es suya o el atestado que se muestra es el correcto.