"Estábamos en un bar, fui al baño y al volver, cuando estaba acabando la cerveza, me empecé a marear; él me acompañó al coche, se ofreció a sacarlo del parking y es lo último que recuerdo; al día siguiente me desperté en mi casa, tumbado sobre la cama y vestido; no sé ni como llegué, estaba completamente anulado". Éste es el testimonio que ofreció ayer en la Audiencia de Vigo uno de los cinco hombres que fueron víctimas de un caso de sedación química que sienta en el banquillo a dos acusados. El principal encausado, Miguel Ángel D.S., de origen colombiano, supuestamente se citó con los perjudicados en Vigo, Santiago, Pontevedra y Celanova tras contactar con ellos a través de la red social Badoo y, una vez estaban juntos en un bar o en sus casas, les suministraba en la bebida benzodiacepinas, un fármaco psicotrópico con efecto sedante. Y tras anular por completo su voluntad, les robaba. La Fiscalía pide que sea condenado a 24 años de cárcel. Su presunto cómplice, Iván G.F., un empresario de la noche que lo acogió en su vivienda, afronta 3 años de prisión.

Las citas fueron entre marzo y mayo de 2019. La sucesión de denuncias que evidenciaban un mismo modus operandi llevó a la Policía Nacional a emprender una investigación que frenó estos casos al derivar en la detención de los ahora encausados. En el registro del piso donde convivían y en un coche se hallaron multitud de los efectos sustraídos a las víctimas, que sufrieron el robo de teléfonos móviles, tablets, joyas, relojes, dinero o tarjetas de crédito con las que los acusados después hacían presuntamente retiradas de efectivo en cajeros.

"Para nada"

El principal acusado admitió los hechos a medias. Reconoció que conoció a los cinco hombres a través de Badoo, que quedó con ellos y que les robó -no admitió, eso sí, todos los efectos que le atribuye la fiscal-. Pero negó que los hubiese drogado. "No les introduje ninguna sustancia en su bebida, para nada", dijo, concretando, cuando su abogado le fue preguntando caso por caso, que algunos se quedaron "dormidos" tras estar "bebiendo" horas. Y sobre los robos, su versión es que los cometió por "necesidad".

Iván, el otro acusado, supuestamente se encontraba con Miguel Ángel tras sedar y drogar éste a las víctimas y lo acompañaba a retirar dinero de las tarjetas de los perjudicados o a vender joyas en locales de compraventa. Se declaró inocente. "Viví varios años en Colombia y un amigo me pidió que lo acogiese en mi casa", contó sobre su relación con el principal acusado. Sabía que quedaba con ligues de Badoo, "pero nunca me imaginé que pudiese sustraer nada en esas citas". Y sobre efectos incautados en su casa, dijo que se los dio su amigo. "Me regaló relojes, tablets o coches en miniatura para mi sobrino; lo hacía como agradecimiento, nunca pensé que procediesen de robos", argumentó.

También declararon las víctimas. "Quedamos en un bar, tomamos un café y ya no me acuerdo de nada más; al día siguiente mi hermana me encontró en la cama tirado y en el hospital me encontraron burundanga, estaba drogado", dijo llorando un vecino de Santiago. "Estaba tomando whisky con Coca Cola y ya no me enteré de nada más; me desperté en el hospital", afirmó otro. "Me quedé anulado y a su merced", resumió otro hombre.