La Audiencia de Vigo inició ayer el juicio sobre el caso del narcopiso desmantelado en 2018 en un edificio de la calle Gregorio Espino, un caso descubierto a raíz de las quejas de los vecinos. Uno de los acusados, el inquilino de la vivienda, falleció hace meses, por lo que en la vista solo compareció, por videoconferencia desde A Lama, el otro encausado, M.C.G., que negó que allí se traficara con estupefacientes. Su versión es que iba al piso ya que era amigo del inquilino, que estaba "impedido físicamente". "Yo iba a ayudarle y esporádicamente dormía allí; la droga que había era para nuestro consumo".

Varias personas interceptadas en aquella época a la salida del piso, algunas con pipas artesanales, negaron que compraran allí droga. "La consumía allí, pero la traía de fuera", dijo uno.