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Caso Veloso: ¿Cómo identificar el cadáver y la causa de la muerte solo con restos óseos?

El forense Fernando Serrulla, que trabajó en la identificación de las víctimas del 11-M o en el caso Diana Quer, hará el "minucioso" estudio de los restos óseos de Daniel Veloso

El antropólogo forense Fernando Serrulla. // FdV

Los restos óseos que se atribuyen a Daniel Veloso, el joven desaparecido hace 19 años cuyo cuerpo fue hallado casualmente este pasado fin de semana en una zona boscosa de la parroquia viguesa de Valladares, están en manos de toda una eminencia en su campo, Fernando Serrulla Rech (Madrid, 1959). Al frente de la Unidad de Antropología Forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), este experto realizará un "minucioso" análisis para intentar, si es posible en función del estado de los huesos, despejar los interrogantes en torno a este caso. Porque junto a confirmar de forma fehaciente la identificación -que por ahora fue realizada de forma preliminar gracias a encontrarse la pulsera con sus iniciales que el chico llevaba cuando se le perdió la pista-, en el aire todavía está una pregunta clave: ¿cuál fue la causa de la muerte?

A Serrulla le sobra experiencia, vocación y dedicación. En su último caso trabajó "mañana y tarde" durante toda una semana para que su informe pudiese estar lo antes posible. Desde que en 2006 se puso en marcha esta unidad forense ubicada en el hospital de Verín, intervino en más de medio millar de asuntos, ayudando a arrojar luz a algunos verdaderamente enrevesados. Colaboró en las identificaciones de los atentados del 11-M de Madrid, intervino en el caso del crimen del holandés de Petín o en el de la ourensana Socorro Pérez y, más recientemente, en la autopsia de Diana Quer Un asunto este último muy mediático, pero "sencillo" desde el punto de vista forense.

El antropólogo forense aclara que no desvelará nada sobre el caso de Daniel Veloso, pero sí explica cómo es una autopsia de estas características. Como es una autopsia cuando, debido al paso del tiempo y al deterioro de un cadáver, solo hay el esqueleto o,peor, únicamente unos pocos huesos. "Por lo general no se puede obtener tanta información [como en una autopsia al uso] porque nos falta el 90% del cuerpo; los huesos representan solo el 10 o el 15%", explica. Así que, resume, se alcanzará a saber "lo que los huesos quieran contarnos". Y pone un claro ejemplo: "Si alguien sufre un infarto y solo encontramos sus restos óseos no tendremos forma de probarlo, ya no tenemos el corazón".

Nombre y apellidos

Nombre y apellidosDesde el mismo momento del levantamiento del cadáver y hasta la fase final, el trabajo del antropólogo forense es muy "minucioso". Un primer objetivo es tratar de identificar a quién pertenecen los huesos, para ponerle nombre y apellido. "Y lo antes posible, para poder tranquilizar, para poder dar respuestas a la familia, que es una parte muy importante", dice. Porque además de forense y deberse a la Administración de Justicia y a preservar la investigación judicial, también es "persona". Junto al ADN, Serrulla suele hacer un estudio de identificación antropológica para intentarlo también por esta segunda vía. Y de forma pedagógica y clara vuelve a citar otro ejemplo, un cadáver en el que realizó con éxito una indentificación odontológica: "Teníamos la ficha dental y encontramos 25 coincidencias y ninguna discrepancia".

Y tras la identificación, estudios como el que él hará de los restos de Daniel tienen cuatro objetivos más. El primero, establecer "el origen de la muerte". Si es homicida, suicida, accidental o natural. O, en el peor de los casos, si no se puede determinar. "Si en un cuerpo hallamos señales de una cuchillada en una costilla, pues ya tenemos un dato claro", dice. Un segundo reto es dar respuesta a la causa de ese fallecimiento: "A veces es evidente, otras veces poco y en ocasiones no podemos alcanzar ninguna conclusión". "Hay que tener en cuenta que nos faltan el corazón, el cerebro, las vísceras, la piel... Si esa persona de la que tenemos solo restos óseos recibió una puñalada que no tocó hueso, nunca lo podremos saber; y si tenía heridas superficiales en la piel, pues lo mismo", afirma.Fecha de la muerte

La "data de la muerte", el tercer objetivo, es aún todo un reto para la antropología forense: "Vi huesos de 150 años mejor conservados que algunos de solo cinco". Porque si los restos óseos están a la intemperie, se degradan rápido. La lluvia, la nieve, el calor... Todo afecta. "Si están en una cueva, al contrario, se conservan muy bien", ilustra. Estudiando todas las circunstancias, el forense puede hacerse una idea sobre la fecha del fallecimiento. "Pero siempre va a ser muy aproximada", aclara.

Y tras ir a por el cuarto objetivo, las circunstancias del fallecimiento, cierra su informe. "En las investigaciones judiciales intervenimos muchos profesionales; nosotros aportamos una parte de la verdad que se puede demostrar", concluye.

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