Los dueños de una conocida hamburguesería ubicada en el centro del municipio de Cangas han decidido cerrar voluntariamente el local después de que un cliente haya dado positivo. El cierre es temporal, para garantizar la seguridad de los trabajadores. No es el único local hostelero que ha bajado la ventana de forma eventual por culpa del Covid-19. El pasado julio, una tapería céntrica de Baiona cerró tras el positivo de una camarera. Recientemente, una cafetería ubicada en el barrio vigués de Coia echó la verja porque un trabajador presentaba síntomas sospechosos de padecer Covid-19, y están a la espera de los resultados de la PCR para poder reabrir.