Desde que finalizó el estado de alarma, los brotes registrados en la provincia ascienden a más de 90. Y el que más preocupa, en la actualidad, es que está vinculado con dos encuentros de jóvenes que se celebraron la semana pasada en una casa particular de Vigo Es el foco más grande. Hay, al menos, 15 positivos confirmados y se espera que la cifra siga subiendo ya que los contactos rastreados hasta el momento rondan los 120.

Según fuentes sanitarias, estas reuniones se habrían celebrado el pasado viernes. Primero, se juntaron en un piso del municipio de Vigo. Después, algunos de ellos se trasladaron a otro domicilio particular en la zona de Patos, donde se habrían unido otras personas. En total, más de una veintena de jóvenes. Ya han dado positivo quince personas, entre asistentes a los encuentros, familiares y personas con otro tipo de vínculo cercano. Hay, al menos, cuarenta contactos estrechos en aislamiento y, en el rastreo se han identificado a unos 120 contactos en general. Por el momento.

El último recuento de contagios en el área sanitaria ya refleja el efecto de este brote. El parte correspondiente a las 14.30 horas del miércoles recoge 54 nuevos diagnósticos. Es el mayor pico desde el 5 de mayo, en el que hubo un repunte de 134 casos. Restando la concesión de doce altas -2.372 en total-, la cifra de pacientes en fase activa de la infección sube en 42 y llega a los tres centenares -302, en concreto-. El número de ingresos ha subido en dos, hasta los once. Uno de ellos permanece en la UCI de Povisa.

La situación de Vigo sigue siendo mejor que la del resto de áreas gallegas, pero la evolución empeora día a día. Si en la última semana -del jueves 27 de agosto al miércoles 2 de septiembre- la media de nuevos diagnósticos fue de 24, dos semanas antes -del 13 al 20 de agosto- era tres veces menos. Fuentes sanitarias advierten a la población: ya hay transmisión comunitaria, hay que extremar las precauciones. Subrayan también que no hay evidencia científica que sustente que el virus es menos peligroso en esta segunda ola. Explican que puede parecerlo porque, con el incremento de la capacidad de rastreo y detección, se están localizando muchos asintomáticos que en la primera pasarían desapercibidos. Por ello, hasta ahora, son mayoría. El problema es si no se ataja en este nivel y se lo contagian a personas que lo resistirán peor, como pueden ser los mayores.

De ahí que las autoridades estén muy vigilantes en las residencias sociosanitarias. El miércoles saltó la alarma por la segunda residencia afectada en el área tras el estado de alarma. La de Albi, en Beade. Una de sus empleadas percibió síntomas, se hizo la prueba y arrojó un resultado positivo. En el centro están "con obvia preocupación", aunque algo más tranquilos al saber que las pruebas de los contactos más estrechos de esta trabajadora en la plantilla fueron negativas. Son pocos y permanecerán en cuarenta en sus domicilios como medida preventiva. El Sergas realizó PCR a todo el personal -87 trabajadores- y a los residentes -68-.

La residencia ha trasladado la situación a las familias y ha informado de la suspensión de salidas y visitas hasta que se resuelva la situación. Se han extremado, más si cabe, las medidas de higiene y seguridad necesarias.

Todos las geriátricos gallegos

La Instituto de Investigación Biomédica Galicia Sur y el Chuvi siguen ampliando la capacidad de procesar muestras. El laboratorio creado para la realización de test masivos con la técnica de agrupamiento de muestras - pooling - de saliva que recoge el propio usuario en su casa y registra en una aplicación, se empleará para realizar un barrido al personal de todas las residencias gallegas, unos 15.000, durante este mes de septiembre. Continuarán también las analíticas con el personal de la industria de la automoción, a través del convenio con Ceaga, y se incorpora ahora la Autoridad Portuaria. Además, se siguen realizando estas pruebas con profesionales el Chuvi y de centros de salud del área.