La aparición masiva de grafitis en el corazón de Bouzas en las últimas semanas no solo ha indignado a los vecinos y comerciantes del barrio marinero. Artistas urbanos, grafiteros y muralistas de Vigoy su entorno tachan lo sucedido de puro "vandalismo y gamberrismo". Uno de los que habla más claro es Gory, grafitero de la comarca del Val Miñor que en la ciudad olívica ha pintado la nave de la Asociación de Marineros de San Miguel de Bouzas y el depósito de aguas de O Castro. "Lo que está pasando nos da una imagen muy mala a los que vivimos de esto, porque la gente acabará por meternos a todos en el mismo saco", explica. Gory además radiografía muy bien lo que ha sucedido en la villa boucense en las últimas semanas. "Las personas que han hecho eso son adolescentes, que lo único que hacen es pintar su nombre y que se quieren dar a conocer. Es una moda: pintar piezas muy rápidas, que en veinte minutos la acaban para que no les coja la policía", argumenta este artista de Gondomar.
Gory no va mal desencaminado. Porque los vecinos sospechan que los responsables de las pintadas que asolan el centro de Bouzas las realizan jóvenes del barrio durante la madrugada, para que nadie los vea, y lo hacen muy rápido. Carlos González, que regenta un kiosco cercano a la Alameda, asegura que cuando abre el establecimiento a las seis de la mañana las pintadas ya están por los alrededores. "Si fuesen bonitas no me molestarían, pero no es el caso. Provocan que el barrio se empobrezca", aseguraba hace unos días a FARO.
Esto es precisamente también lo que opinan los artistas urbanos. La pintora y muralista viguesa Iria Blanco, que recreó en tres dimensiones la playa de Saiáns en el palco de la música de la parroquia (mural que, por cierto, fue dañado por unos vándalos), que realizó trabajos también en el circuito de automodelismo de Samil, en el parque infantil de Jenaro de la Fuente o en Navia, entre otros lugares de Vigo, lamenta que las pintadas vandálicas que han aparecido en Bouzas en la última semana y todas las que todavía permanece en el entorno de Churruca, "son un atentado contra la ciudad, que es la casa de todos". "El arte es algo que embellece, pero esto no es arte, es vandalismo, y provoca que se agrave el feísmo. No respetan nada", lamenta esta prolífica artista.
El también prolijo grafitero vigués Powone apuesta por que los grafitis se destinen a zonas "en las que no molestan a nadie, como en los muros de las autopistas o en las pantallas de sonido" y defiende la necesidad de que las administraciones faciliten espacios para poder pintar de forma libre. "Los grafitis forman parte de la esencia de una ciudad, marca su pulso", asegura.
Los vecinos de Bouzas, mientras tanto, confían en que la Policía Nacional localice a los culpables de que la Alameda, las principales calles del barrio e incluso bajos comerciales hayan aparecido en las últimas semanas asolados por pintadas vandálicas. Los residentes están muy molestos con lo que ha ocurrido y temen que este gamberrismo ayude a empobrecer esta tradicional villa marinera en un momento ya de especial dificultad debido a la pandemia.
Pero Bouzas no es la única zona de Vigo bañada por el spray de los grafiteros. Todo el entorno de Churruca continúa plagado de pintadas, la mayoría de ellas firmas de vándalos. Se cuentan por docenas en portales, mobiliario, persianas de negocios y prácticamente en cualquier pared a la que se dirija la vista. Incluso las escaleras mecánicas han sido víctimas del gamberrismo. De esta forma, uno de las zonas con más vida de la ciudad, languidece entre el vandalismo y el cierre del ocio nocturno, su principal actividad y el motor económico y social de Churruca.. Hay vecinos, sin embargo, que ven el lado positivo a dicho cierre "Al menos el ruido se ha terminado y no se ve por la calle tanta basura los fines de semana como antes", aseguraba ayer Enrique, que paseaba ayer por la Plaza de Portugal. Reclama al Concello que actúe para limpiar las pintadas que se van acumulando. "Esta zona está demasiado abandonada", lamenta.
