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La "lotería" del Tren Celta: tres averías en tres semanas en un servicio recortado a la mitad

Los pasajeros del convoy a Oporto realizaron ayer dos transbordos antes de llegar a su destino con retraso - La causa: un problema del sistema Asfa que dejó un episodio similar en agosto

La "lotería" del Tren Celta: tres averías en tres semanas en un servicio recortado a la mitad X.F.

El Tren Celta retoma su actividad tras el parón obligado por el Covid-19 con un par de borrones en su hoja de servicio: una sola frecuencia diaria -la mitad que antes de la crisis sanitaria- y un saldo de al menos tres averías en 17 días, la última ayer mismo. A los pocos minutos de haber partido de la estación de Guixar rumbo a Oporto, sobre las nueve de la mañana, los 20 pasajeros que viajaban a bordo del convoy se encontraron con un fallo que retrasó el viaje y les obligó a trasladarse a otro tren, un modelo 599 que los desplazó hasta Valença do Minho. Una vez allí los usuarios tuvieron que esperar la llegada del convoy que prestaba el servicio inverso -el Oporto-Vigo- e intercambiarse con sus 11 pasajeros. Los que habían partido de la estación de Guixar se pasaron al tren luso, que dio la vuelta de regreso a Oporto; y los procedentes de la urbe portuguesa se subieron al convoy 599 para completar el viaje a Vigo.

"Estuvimos una hora entre Teis y Redondela y vino otro tren que nos llevó hasta Valença. Uso con frecuencia esta línea y tendrían que dejar de decir que hay un tren entre Vigo y Oporto", lamenta Xurxo Fernández, uno de los pasajeros que ayer viajaba a bordo del Tren Celta que partió de Guixar minutos antes de las nueve de la mañana. El plan inicial de Renfe pasaba por que el convoy alcanzase la terminal de Campanha, en Oporto, unas dos horas y 20 minutos después, sobre las 11,20 h (hora española). Fernández explica sin embargo que el Tren Celta no llegó hasta su destino hasta la una de la tarde, con una hora y 40 minutos de retraso. Renfe rebaja la demora a 58 minutos.

La incidencia -explican desde la operadora ferroviaria- se debe a un problema con el sistema ASFA. Hace dos semanas, el 17 de agosto, un fallo similar en el mismo servicio obligó también a los pasajeros del Celta a realizar dos transbordos, uno en Redondela y otro en Valença. El problema se tradujo también entonces en retrasos.

El del 17 no era sin embargo el primer incidente del Tren Celta en la "nueva normalidad". El día anterior, cuando retomó su actividad tras cinco meses de parón por la pandemia, la puesta en servicio del Celta se había visto empañada por otro problema mecánico que afectó al tren que cubría el trayecto Oporto-Vigo. El fallo se registró entonces a la altura de Tui, por lo que los siete viajeros afectados completaron su trayecto hasta la estación de Guixar a bordo de dos taxis.

Desde mediados de agosto el Tren Celta opera con una frecuencia diaria entre Vigo y Oporto, una menos que antes de la pandemia. En el trayecto entre ambas urbes, -un recorrido que los convoyes completan en cerca de dos horas y 20 minutos- los Celta realizan paradas en Valença do Minho, Viana do Castelo y Nine. Al existir solo un tren por sentido y jornada, el servicio impide completar un trayecto de ida y vuelta en un mismo día. La modernización de su infraestructura es una vieja reclamación de la Eurorregión y ha motivado que se mejore el recorrido. Antes de la crisis sanitaria, Portugal tenía previsto tener listas sus vías en 2021.

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