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El primer y polémico agosto hábil en los juzgados acaba con solo 13.000 notificaciones

Aunque la cifra de resoluciones multiplica por diez las del mismo período de 2019, no llegan ni a la tercera parte de las de un mes normal | Salvo los urgentes, no se celebraron juicios

Juzgados de Vigo. // Alba Villar

Ayer, última jornada de agosto, los pasillos de los edificios judiciales de Vigo, salvo el que conduce al siempre ajetreado Registro Civil, eran un auténtico páramo. En bastantes plantas no alcanzabas a cruzarte con ninguna persona. Cualquier otro año esta situación entraría dentro de la normalidad, porque en agosto casi todo se para en las sedes donde se imparte Justicia. Pero, a modo de medida histórica con el objetivo de agilizar el trabajo atrasado por la parálisis que provocó el Covid-19, en este 2020 el Ministerio de Justicia decidió de forma excepcional declarar hábil el mes que acabamos de concluir, concretamente los días comprendidos entre el 11 y 31. ¿Se la logrado, al menos en parte, desatascar los juzgados? Pues los datos evidencian que la polémica decisión ha resultado finalmente muy poco efectiva. Porque, salvo los considerados urgentes, en este raro agosto judicial no se celebraron juicios. Y porque los distintos tribunales vigueses y de su área solo realizaron 13.176 notificaciones, según los datos provisionales que maneja el Colegio de Procuradores de Vigo. La cifra de resoluciones emitidas, cierto es, multiplica por diez las 1.337 que hubo en agosto de 2019 que, como tradicionalmente venía ocurriendo hasta entonces, fue inhábil. Pero si se va más allá y ese balance se compara con el de un mes ordinario, no supone ni la tercera parte, ya que la media habitual supera, en ocasiones con creces, las 42.000 notificaciones mensuales.

La medida tuvo su polémica ya que declarar hábil agosto dejó prácticamente sin vacaciones a abogados y procuradores. "Por responsabilidad y por organización no me quedó más remedio que acudir a diario al despacho; recibí alguna notificación, sobre todo de cuestiones de trámite, pero muy poco en relación a lo que esperaba", comentaba ayer el abogado Pablo Viana. Frente a la situación en los bufetes de los letrados, gran parte del personal de los juzgados eligió agosto para sus vacaciones. De hecho, el propio Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) había aconsejado a los magistrados decantarse por este mes para su descanso anual.

"Fui todos los días al despacho por la incertidumbre de que pudiese llegar alguna notificación a través de Lexnet, de que venciese algún plazo...", relata el letrado Tomás Santodomingo. Para él, la medida de habilitar agosto fue "una pérdida de tiempo". "No tuvo utilidad; el volumen de lo que nos fueron notificando se podría haber emitido perfectamente en septiembre", razona.

Lo que dicen estos juristas a título particular coincide con lo que opinan sus representantes. "El sacrificio que hemos hecho los profesionales -abogados, procuradores y graduados sociales- no ha valido de nada; hemos visto mermadas nuestras vacaciones, hemos visto nuestro derecho a la conciliación ninguneado, por una medida que no supuso una agilización de los juzgados; es evidente que en 20 días no se soluciona que tengamos una justicia lenta", resume Lourdes Carballo, decana del Colegio de Abogados de Vigo, sobre que se declarase hábil agosto. José Antonio Fandiño, decano de los procuradores, se manifiesta en términos similares. "La medida no sirvió para nada; los profesionales tuvimos que estar todo agosto pendientes y nos encontramos con que apenas hubo respuesta judicial, ya que la mayoría de las vacaciones del personal de los juzgados se concentraron ese mes", indica. La Administración de Justicia, añade, necesita un reforma "de calado" y no "tiritas".

Septiembre

Será en septiembre, como siempre, cuando los juzgados recuperen su ajetreo. Hoy mismo algunos órganos retoman los juicios, aunque será a partir de la próxima semana cuando casi todos los tribunales celebren ya vistas. Las salas penales, por ejemplo, han señalado más de un centenar este mes. Y todo apunta a que, siempre que el coronavirus lo permita, octubre, noviembre y parte de diciembre será también un período de gran actividad para poner al día los juicios y el resto del trabajo atrasado por el parón del estado de alarma. "Nos esperan meses fastidiados", resumían ayer en un juzgado sobre el reto que les supondrá recuperar el tiempo perdido.

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