Uno de cada tres fracasos escolares pueden tener su origen en problemas de visión, según los datos que manejan los expertos. De ahí la importancia de acudir a los especialistas para realizar una revisión antes del inicio del curso escolar. La doctora Yerena Muiños, del Hospital Vithas Vigo, cita un estudio de la Asociación Visión y Vida de hace cinco años, que señala que la mitad de los niños de entre 6 y 12 años que necesitan gafas no están diagnosticados.

Avisa de que aunque el niño no sea consciente de sus problemas de visión, los padres y educadores deben de estar atentos a algunos síntomas que pueden apuntar hacia cierta deficiencia visual, como es la necesidad que sienten de entrecerrar los ojos para enfocar mejor (a veces ladeando la cabeza); acercarse más de lo debido al papel para leer o escribir; cometer errores a la hora de copiar textos o números; o sufrir continuos tropiezos. Además de la miopía, los escolares suelen sufrir de otros defectos refractarios como el astigmatismo o la hipermetropía.