El centenar de voces de la Coral Casablanca, antes de que el nuevo coronavirus trastocara la vida en todo el planeta, se subía casi dos veces al mes a un escenario para deleitar al público con su música. Ahora, llevaban desde el 28 de febrero sin hacerlo. Hasta ayer, que se volvieron a enfundar el elegante uniforme de la formación para ofrecer un concierto en el parque de A Riouxa.

Han sido seis meses sin ponerse frente al público. De ahí que en la cita de ayer hubiera muchos nervios y, sobre todo, muchas ganas, aunque las medidas de prevención desluzcan su trabajo. Primero, por su dimensión. Una veintena de integrantes aún no se han reincorporado a la formación por precaución, ya que presentan patologías crónicas y deben tener un mayor cuidado en esta situación. "¿Para qué correr riesgos?", plantea el director de la formación, Óscar Villar. Durante el confinamiento, la coral la vivió de cerca la infección con tres positivos entre sus integrantes, aunque estos estaban en aquel momento lejos de Vigo.

El mayor cambio, ayer, lo mostraban en sus rostros. Obligado por la normativa autonómica y al ser una práctica que conlleva sus riesgos, los cantantes no pudieron quitarse las mascarillas en ningún momento. Villar explica que la agrupación ha adquirido unas "un poco más adecuadas" para cantar. "Nos las ha hecho una fábrica en el País Vasco, están homologadas y son reutilizables, hechas en una tela más dúctil", explica y añade: "Protege igual, pero es más cómoda".

Además de la tela que oculta la vocalización y hace tan extraña una actuación vocal, los cantantes tuvieron que mantenerse separados, lo que también dificulta el empaste de las voces. De ahí que el director optara por un repertorio menos polifónico. El programa que ayer interpretaron en el parque de A Riouxa fue muy variado con algún coro de ópera y piezas de pop nacional e internacional, además de composiciones "de la tierra".

Las precauciones también se extremaron entre el público en esta actuación enmarcada en el programa de fiestas de Vigo. Para disfrutar del concierto al aire libre se dispusieron 800 sillas respetando las distancias de seguridad.