Los empleados de la construcción en Vigo y su comarca se declararon en huelga para mostrar su disconformidad con los bajos salarios y también con las condiciones en las que realizaban su trabajo. Habían mantenido varias reuniones con los empresarios sin llegar a un ningún acuerdo. La huelga paralizó todas las obras en marcha y también se organizó una manifestación que recorrió las principales calles de la ciudad. Finalizó enfrente de la Casa Consistorial. Los responsables municipales recibieron a una representación de los trabajadores y se ofrecieron a ejercer de intermediarios para encontrar una solución.

Las autoridades sanitarias decidieron que una importante partida de bacalao fuera almacenada en el Puerto vigués al comprobarse que se encontraba en mal estado. Los responsables portuarios fueron los que alertaron de esta situación irregular. Esta era la segunda partida que llegaba en malas condiciones.