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"Ninguna familia debe temer a las aulas"

Responsables de Inspección y Educación visitan los institutos vigueses para evaluar el protocolo Covid | "Sanidade tiene la última palabra, pero con tres casos se confinaría el centro", aclaran

De izquierda a derecha, la inspectora Rosalía Polo, el jefe territorial César Pérez y la directora del CEIP Pintor Laxeiro, Esther Fernández, ayer en el colegio. // Marta G. Brea

En menos de un mes -10 de septiembre para los CEIP y 16 para los IES y CIFP- la enseñanza presencial volverá a los centros educativos, donde su equipo docente no ultima la programación de las asignaturas sino la disposición de espacios y medios para adaptarse a esta nueva normalidad. Y es que quizás en este curso no sean los niños a los que se le vea llorar a las puertas de los centros en este primer día de cole, sino a las madres y padres debido a la lógica preocupación por el regreso a las aulas todavía en medio de la pandemia por coronavirus. Por ello, desde Inspección Educativa y la Jefatura Territorial de Educación han visitado los colegios e institutos de la ciudad para abordar con los directores y directoras este protocolo Covid que marcará las pautas del nuevo curso, siempre y cuando no se tenga que volver al confinamiento domiciliario y, por lo tanto, a unas clases nuevamente online.

Ayer fue el turno del IES Valadares y del CEIP Pintor Laxeiro, donde el jefe territorial César Pérez Ares, su directora Esther Fernández y la inspectora Rosalía Polo desterraron el temor de las familias y alentaron a la seguridad en las aulas. "Podemos afirmar a todos los padres que los alumnos volverán con todas las garantías", explicaba Pérez Ares.

Entradas y salidas escalonadas al centro, flexibilización de horarios, limpieza de gimnasio tras un grupo, desdoble de aulas, limitación de los recreos y sobre todo grupos estables de convivencia, destacan entre las medidas más importantes. "Lo primordial es que el alumnos permanezca en el aula el mayor tiempo posible; si antes teníamos un aula para Inglés, otra para Música, Audiovisules, etc.; ahora será el profesor el que se desplace. Y en cuanto a los recreos se dividirán en turnos de 20 minutos y unos serán en el patio y otros en aulas de lectura", explica la directora Fernández. "En los centros más llenos se realizarán hasta tres turnos de recreo diferentes", matiza Pérez Ares.

A pesar de esta coyuntura, tanto Fernández como Polo reconocen que las matrículas no han descendido. "Quizás haya un poco más de miedo entre las familias de niños de tres años, y optan por esperar un curso para su escolarización pero el resto tiene que entender que el niño necesita también socializar; tienen que tener muy claro que este comienzo de curso será presencial".

Refuerzo al 3º trimestre

En cuanto al aspecto puramente académico, los tres expertos son conocedores de la realidad del pasado año, por lo que septiembre se iniciará con programas de refuerzo para que el alumnado pueda engancharse rápido a los nuevos contenidos. "El último trimestre fue prácticamente perdido, por ello se llevará a cabo un refuerzo educativo y adaptación durante todo el mes de septiembre, que dependiendo de los cursos o necesidades se ampliará. Lo importante es adaptarse a la nueva programación lo antes posible", añade el jefe territorial.

A este respecto, la directora Esther Fernández, destaca la importancia que tendrá también el aspecto emocional de esta vuelta a las aulas para los centros. "Han estado tres meses fuera, la relación con ellos ha sido muy diferente y también queremos enfocarnos en ello y prepararles desde el minuto cero a nivel digital. Vamos a darle mucha importancia a ello porque vimos carencias y problemas el curso pasado", explica.

Este dominio telemático no solo se hará extensible al alumnado, sino también al equipo docente, que a través de los Planes de Formación del Profesorado podrán recibir información adicional sobre cómo llevar estas clases; nociones muy útiles de cara a un nuevo confinamiento.

¿Qué circunstancias lo obligarían? "La decisión y última palabra siempre es de Sanidade, pero entiendo que con más de tres casos se confinaría el centro", admite César Pérez Ares. En cada centro, resaltan, se habilitó un aula para el aislamiento de un alumno que presente síntomas, si bien aquí los padres tienen una importante responsabilidad. "Bajo ningún concepto pueden mandar al niño a clase con unas décimas de fiebre, a veces ahora los padres nos vienen el Dalsy. Esto ya no puede ser. Tienen que ser muy responsables y comprometerse a cubrir una autoencuesta diaria de síntomas para comprobar, si los tiene, si son compatibles con una infección por Covid", amplía.

Aulas de contingencia

Por ello, cada centro contará con un aula de contingencia y también con un representante del claustro para coordinar con el resto de comunidad educativa ante un posible positivo. "Un tutor será referente en el centro así como el coordinador con el centro de salud más próximo. De ahí la importancia de los grupos estables para en caso de detectar contagios o una sintomatología compatible, se pueda aislar más fácilmente al grupo y ponerlos en cuarentena", explican los tres.

En cuanto a los desdobles de aulas, ninguna contará con un número mayor a 25 alumnos pudiendo emplearse en aquellos centros más poblados aulas destinadas a materias concretas. "Las necesidades han cambiado; y en lugar de necesitar un aula para ciertas actividades ahora lo importante es la salud. Ningún centro nos ha planteado problemas o dificultades de espacio", revela el jefe territorial.

Una de las normativas esgrimidas por el Ministerio de Educación para el final de este presente curso fue un aprobado casi generalizado y que solo tuvieran que repetir aquellos casos insalvables o excepcionales. Esta situación derivó en un aumento notable en el número de alumnos que promocionaron especialmente a Bachillerato, lo que obligó a crear hasta dos grupos más en los institutos más liberados. "Hemos notado que se ha incrementado el alumnado tanto por el descenso de repetidores como por la llegada de muchos estudiantes de fuera, de otras comunidades y también extranjeros a los que hay que escolarizar", explica Rosalía Polo.

Reconoce la inspectora educativa que los IES de Vigo están "justos" para el alumnado que pasa a cursar tanto Bachillerato como la Educación Secundaria. Para tratar de paliar este problema ya más de presente que de futuro, Pérez Ares remarcó que una vez la judicatura se traslade al antiguo Xeral, se iniciarán los trámites para la reconversión de un edificio de calle Lalín en instituto. "Es imprescindible hacer un IES en la zona centro. Este año, por ejemplo, fueron 47 los alumnos nuevos que llegaron de fuera que necesitan un instituto", aclara sin olvidar la posibilidad de erigir otro en Navia. "Solo faltan los terrenos", en clara alusión al Concello de Vigo.

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