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Vigo acaricia los 300.000 vecinos y adelanta a Valladolid

A comienzos de 2020 el censo del Concello contabilizaba 299.746 habitantes, su dato más elevado desde 2003. A lo largo de 2019 la urbe ganó 1.700 personas; el repunte de la inmigración no europea, crucial: creció un 19%

Vista de la calle Príncipe de Vigo un día de verano MARTA G. BREA

Vigo se queda a tiro de piedra de la marca de los 300.000 empadronados, una barrera que solo rebasó en 2003 y que -más allá de su valor simbólico- acarrearía importantes ventajas para la ciudad, como una mayor asignación de fondos por parte del Estado y dos ediles más en la Corporación. El censo elaborado por el Concello muestra que a 1 de enero estaban registradas en la ciudad 299.746 personas, casi unas 1.700 más que a comienzos del año pasado. El dato deja varias lecturas positivas: la primera, que Vigo está a las puertas de los 300.000 vecinos; la segunda es que ese nivel se alcanza tras uno de los mayores aumentos de población de las dos últimas décadas. Hay que remontarse al período comprendido entre 2002 y 2003 -cuando en cuestión de doce meses el padrón engordó un 2,24%- para encontrar un alza mayor.

A principios de enero, el alcalde, Abel Caballero, revelaba ya que el censo tonteaba con la ansiada barrera de los 300.000 empadronados. Cuando hizo el anuncio, de hecho, justo después de Navidad, los técnicos de Praza do Rei contabilizaban 300.395 residentes. Si la foto finish del Concello se hubiese tomado en ese preciso instante, la ciudad estaría en su mayor nivel de población. El techo, hoy por hoy, lo marcan los 300.303 censados de 2003. Aunque aporta una valiosa pista de cómo evoluciona la población, el dato recabado por el Ayuntamiento no es sin embargo el que sirve de referencia oficial al Estado. Su indicador es el que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE), cuyos cálculos suelen diferir de los municipales.

El último valor oficial publicado por el departamento estatal, con fecha de 1 de enero de 2019, sitúa el censo de Vigo en 295.364 vecinos, 2.700 menos de los anotados en esa misma fecha por el departamento local de estadística. En enero Caballero mostraba su confianza, en cualquier caso, en que a finales de 2020 el INE certifique también que la urbe supera ya los 300.000 censados. De confirmarse, Vigo daría un acelerón en el ranking de metrópolis más pobladas del país. Según los datos del INE de comienzos de 2019, en toda España hay solo doce localidades que sobrepasen esa marca.

Detrás del aumento de población hay varias claves. La principal es el aumento del censo inmigrante. Si en enero de 2019 había anotadas en el Concello casi 15.300 personas oriundas de otro país, a comienzos de este año eran ya más de 17.200. En cuestión de 12 meses Praza do Rei constató así un saldo positivo de 1.950 inmigrantes y un considerable alza del 12,7%. No toda la inmigración se comportó igual, sin embargo. La comunitaria se redujo ligeramente hasta quedarse en 4.700 personas y la africana y asiática-oceánica experimentaron ligeros aumento del 2,5% y 0,9%, respectivamente, hasta sumar entre ambas unos 2.500 habitantes.

El auténtico alza lo protagoniza el colectivo americano, que pasó de 7.679 integrantes el ejercicio pasado a 9.358 a comienzos de 2020. Si se baja al detalle tampoco la tendencia es homogénea entre las diferentes nacionalidades. En concreto, la que más destaca, y de lejos, es la venezolana. Si a comienzos del año pasado el censo local contabilizaba 1.420 vecinos oriundos de la república sudamericana; a uno de enero de 2020 su registro se había disparado hasta los 2.015, lo que representa un alza del 41,9%. Por término medio, cada semana se dieron de alta más de 11 venezolanos. El "boom" coincide con una profunda crisis en el país de Nicolás Maduro y Juan Guaidó. Un informe publicado en febrero por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas alertaba, por ejemplo, de que el 32,3% de su población padecía inseguridad alimentaria y necesitaba ayuda, un contexto que se veía agravado por las dificultades para acceder a determinados fármacos. Los datos del Concello muestran también un alza considerable del colectivo colombiano o peruano.

La evolución tampoco es homogénea en los distintos puntos del municipio, aunque en su inmensa mayoría han ganado población y en aquellas zonas en las que el saldo es negativo se ha debido a caídas mínimas, casi testimoniales. El que presenta una mejor evolución es el conocido como "distrito uno", que abarca el corazón urbano de Vigo y el Casco Vello. El Concello constata allí un ligero alza que supera el punto porcentual y se traduce en 243 vecinos más. En el extremo opuesto, con una treintena menos de residentes, se sitúa el conjunto de Bouzas y Coia, catalogado como "distrito cuatro". Junto con el ocho -conformado por Matamá, Beade, Bembrive, Valadores y Zamáns-, es el único de toda la localidad que ha perdido población a lo largo de 2019.

Por barrios, los únicos que han sufrido un pequeño pinchazo demográfico han sido Beade, Lavadores y Teis, aunque con caídas reducidas. En Navia -el dato se corresponde con la parroquia- se anotó un crecimiento del 1,6%, lo que se tradujo en un centenar de residentes más.

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