Las residencias de mayores fueron el principal foco de la pandemia durante los momentos más duros de la crisis sanitaria. Las de Vigo y su entorno, no obstante, llevan ya dos meses sin ningún usuario ni trabajador contagiado. Sin embargo, las direcciones de los centros están empezando a ver con preocupación los brotes que están surgiendo en los últimos días, por eso están ya valorando empezar a tomar medidas para evitar que el virus vuelva a entrar en sus instalaciones.

Varios responsables de los geriátricos con los que ha contactado FARO aseguran que se están planteando "seriamente" volver a prohibir las visitas de los familiares de los mayores. Consideran que no pueden controlar que las personas que entren pudiesen estar en su vida privada expuestas de algún modo al virus y poner por tanto en riesgo al personal de las residencias y los usuarios.

Los mayores son un colectivo muy vulnerable frente al Covid-19 y por eso se están tomando todas las precauciones para evitar que caigan contagiados. Es más, desde la reapertura de los centros de día hace ya dos semanas tras cuatro meses cerrados, hay usuarios que todavía no han vuelto. El motivo: el miedo o de ellos mismos o de sus familiares al virus. Por eso muchos no regresarán hasta septiembre, y siempre en función de cómo evolucione la pandemia, es decir, si siguen los rebrotes. Se calcula que en torno a un 10 y 15% de los mayores no han regresado a a los centros de día de la ciudad por este motivo. Hay que señalar, no obstante, que en estos complejos para la tercera edad se están tomando medidas extremas de seguridad sanitaria para evitar contagios y de momento, desde su reapertura, no se ha detectado ninguna sospecha de coronavirus.

Sí se ha percibido, sin embargo, un importante deterioro entre los mayores tras tantos meses de confinamiento, hasta el punto de que varios de ellos han tenido que abandonar los centros de día para ingresar en una residencia a tiempo completo al necesitar cuidados las 24 horas. Algún usuario, incluso, ha fallecido debido al agravamiento de su enfermedad durante este tiempo al tener que estar encerrados en casa. "En nuestro caso ha habido dos fallecimientos. El hecho de no acudir a las terapias y a los ejercicios que realizamos durante tantos meses desencadenó en un deterioro tal que acabaron falleciendo", lamenta Ángeles Álvarez, directora del centro de día Parque Castrelos.