Más de 70 vehículos afectados de los cuales 26 fueron irrecuperables y daños por valor superior a 80.000 euros. Este es el balance del incendio generado en la terminal Ro-Ro de Bouzas a consecuencia de la tirada de fuegos artificiales con motivo de las fiestas que se celebraban en el barrio en junio de 2019. Poco más de un año después, el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo dictó el pasado día 3 de julio un auto en el que transformaba los hechos en un juicio leve.

Así, los dos acusados afrontarán una pena de multa de entre 3 a 9 meses por un delito de imprudencia grave, según indicaron fuentes del TSXG. A mayores, estos dos miembros de la pirotécnica recurrieron este auto solicitando el sobreseimiento de la causa. La Audiencia Provincial todavía debe resolver este recurso.

Una de las conclusiones de la Guardia Civil es que un solo cohete de los lanzados aquella noche originó el incendio. Tras colarse por el compartimento del motor de uno de los vehículos se generó un remolino de fuego -"efecto de convección"- que propagó las llamas a decenas más que estaban estacionados. Los daños fueron cuantiosos: 26 coches calcinados y 44 más con desperfectos de diversa consideración.

La valoración de los daños en los vehículos no se ha hecho por los cauces habituales. Y es que el juzgado entendió que estos vehículos, al no ser todavía válidos para su circulación o comercialización, deberían de ser considerados como "bienes", sino como coches en estocaje, sin facturación ni tampoco destino. Es más, su uso se consideraría ilegal ya que no cuentan con el permiso pertinente para su matriculación, por ejemplo.

Entienden que se tratan de "objetos" o "cosas" fabricadas pero cuyo valor no alcanza el mismo que el de un turismo al uso. Además, su presencia en suelo franco no facilita esta tasación.