Recta final a la humanización de Gran Vía. Dentro poco más de un mes la que es una de las grandes remodelaciones en el casco urbano impulsadas por el Ayuntamiento estará dando sus retoques finales. Y los resultados ya saltan a la vista. En la avenida, arteria de arterias del centro de Vigo, lucen ya 106 de los 175 pórticos previstos que cubrirán los primeros tramos de las rampas mecánicas, según cifran fuentes del sector consultadas. El efecto logrado con el multicolor simula fielmente el arcoíris, como se había concebido desde un principio. Desde la estatua de Os Redeiros, el malva, el rojo intenso y el naranja, colores cálidos, van cambiando progresivamente de tonalidad hasta entrar en el terreno de los verdes, los turquesas, y como se aprecia en las últimas estructuras instaladas por encima del cruce de la calle Venezuela, en los azules.

La instalación de los pórticos es el resultado de su pintado previo en cabinas de lacado especializadas. Cada uno con un gradiente de color distinto de la paleta, diferencias que solo se aprecian en perspectiva. Sobre ellos se instalarán placas de vidrio, no metacrilato, para proteger las rampas, mientras que los laterales quedarán al descubierto, según las mismas fuentes.

El ritmo de los trabajos -a cargo de la constructora Grupo San José- avanzan a buen ritmo, y el plazo previsto para su finalización se mantiene en el mes de agosto, según el último horizonte divulgado por el alcalde. La transformación se ciñe en una primera fase a una parte de Gran Vía y cuenta con un presupuesto de 5,2 millones, cofinanciados en buena medida por los fondos FEDER europeos.

Una vez finalicen las obras pasarán a ejecutarse las pruebas de carga sobre las rampas mecánicas para testar su funcionamiento antes de la puesta en servicio. A posteriori, también se procederá al sembrado de los árboles que rodearán la actuación para seguir imprimiendo ese marchamo verde propio de la Gran Vía. En conjunto serán 72 árboles y 90 arbustos -el triple de los retirados-. Se instalará además nuevas redes de saneamiento y se modernizará el alumbrado en la zona.

En mayo tuvo lugar la instalación de nueve rampas mecánicas que permitirán "acercar" a los vigueses al centro y salvar un importante desnivel de en torno al 9%. La actuación es uno de los pilares maestros del Vigo Vertical, y está llamado a introducir una nueva forma de moverse por el centro, con acento especial en aquellos con avanzada edad o con movilidad reducida que "de facto" se ven limitados por tener que subir y bajar la avenida.

Con el próximo final de los trabajos, Vigo recuperará una de las principales columbras vertebrales para la ordenación de su tráfico, sometido en los últimos meses a su gran "test de estrés", con el corte por las obras del túnel de Porta do Sol u otras intervenciones, como la humanización de Ronda don Bosco. Hace un año, la interrupción parcial de la circulación en la avenida obligó a desviar a otras calles 35.000 vehículos, uno de los dispositivos de reorganización de tráfico más complejos en la historia reciente de la ciudad.