Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El Concello blinda con 41 millones la atención a mil dependientes

Tras la rescisión de la empresa actual y a consecuencia del Covid, la continuación del Servicio de Ayuda a Domicilio es "indispensable"

domiciliaria. // FdV

El servicio que permite a más de un millar de dependientes o personas con discapacidad tener la autonomía para continuar residiendo de sus viviendas así como mejorar su calidad de vida se reforzará con un nuevo contrato previsto para un máximo de cinco años y cuyo valor sobrepasa los 41 millones de euros. El servicio de Ayuda a Domicilio se ha convertido en un programa de bienestar social "indispensable" a consecuencia del Covid-19. Tanto es así que tras la renuncia a la prórroga por parte de la empresa actual -Clece, que alegó razones puramente económicas-, el Concello ha querido "agilizar" el proceso de contratación de un nuevo servicio. Y es que de él se beneficiaron el año pasado 1.089 usuarios llegando a prestarse casi 400.000 horas al servicio de estos usuarios.

El contrato que el Concello vigués saca a licitación supone un servicio mínimo de tres años, presupuestado en 23 millones, con la posibilidad de dos prórrogas de un año cada una, lo que ascendería su valor a 41 millones. Entre las necesidades y atenciones que deben quedar cubiertas por parte de la empresa adjudicataria destacan, por un lado, la realización de las actividades básicas de la vida diaria como asistencia para levantarse o costarse, higiene, control de la alimentación o dispensación de medicamentos, entre otros.

También los trabajadores de este servicio deberán atender a razones como el acompañamiento para la realización de gestiones como acudir al banco o al médico. A mayores, el servicio incluye la compra de alimentos, limpieza y planchado de la ropa y la realización de otras actividades como el préstamo de camas articuladas, sillas de ruedas, sillas de baño, grúas o andadores.

La puesta en marcha de este nuevo servicio no puede demorarse más allá del 19 de octubre.

Este servicio estará abierto a todas las personas o unidades de convivencia para las que, de acuerdo con la valoración técnica corresponsal, suponga un recurso idóneo de atención. De manera particular, el servicio atenderá a personas mayores con déficits de autonomía y la personas con discapacidad, especialmente cuando carezcan de apoyo personal en su contorno inmediato, así como a hogares con menores en los que se observe la necesidad de una intervención de carácter socio-educativo. También, con carácter subsidiario del Servicio de Intervención Familiar, podrá dar una respuesta preventiva y socializadora la diversas situaciones de familias en riesgo de exclusión social.

La última memoria de Servicios Sociales del Ayuntamiento vigués recogía como el 88% de los usuarios eran personas mayores mientras solo el 10% tenían algún tipo de discapacidad. La mayor parte de las atenciones las reclaman las mujeres con una edad media de 82 años.

Una vez el usuario comience a recibir el servicio, la trabajadora social municipal de referencia y la coordinadora de la empresa consensuarán con ella y su familia las tareas a realizar, la participación familiar, los horarios, etc.

Esta atención deberá de ser más personalizada y adaptada a las características y contexto de cada usuario. Así se desprende de las recomendaciones que el Ministerio de Derechos Sociales a través del "Documento Técnico de Recomendaciones de la actuación desde los servicios sociales de atención domiciliaria ante la crisis por Covid-19" establece para los gestores de la atención domiciliaria, destacando: La necesaria garantía de continuidad en la atención a las necesidad básicas de las personas usuarias, manteniendo las prestaciones domiciliarias que garanticen la cobertura de sus necesidades básicas esenciales: aseo, higiene personal y del contorno próximo, vestido, cuidado de la salud, alimentación, etc.; la continuidad de atención debe regir para todos los servicios de ayuda a domicilio en curso, con independencia de las condiciones de la persona (discapacidad, grado valorado de dependencia, etc.) o del sistema de provisión; la necesaria reconfiguración de los contenidos de las atenciones domiciliarias, que debe ser flexible y adaptada la cada situación concreta (variación de la intensidad de las prestaciones, incorporación de nuevas tareas imprescindibles, etc.) y reorganizar las atenciones domiciliarias en función de las prioridades y circunstancias de los usuarios.

Compartir el artículo

stats