Al cierre de abril, mes y medio después de decretado el estado de alarma y con un "cerrojazo" económico de por medio, los datos hablaban de que cinco emprendedores al día en Vigo (161 en un mes) echaron pie a tierra y se dieron de baja. Mayo fue el mes de la desescalada -Galicia entró en fase 1 el día 11-, con la reanudación de la actividad, y la semilla ya germinando de un zarandeo económico que, lejos de lo que pudiera parecer, no ha tenido reflejo en las cifras de autónomos de final de mes. Todo lo contrario. El colectivo pasó de tener 17.996 dados de alta a 181.137; un leve repunte de 141 personas que en número casi compensa el hundimiento del encierro y que, estacionalidad aparte, portavoces de distintas áreas achacan a la subida de actividades "refugio" como las reparaciones en la construcción o el reparto. Aún así, son 204 menos que en 2019.
En cualquier caso no son reaperturas de nuevos comercios, como explica Eduardo Abad, de la Unión Profesional de Trabajadores Autónomos (UPTA), pues estos pudieron acceder a la prestación extraordinaria por cese de actividad sin cursar baja. Son, al contrario, recién incorporados. "Ante la desesperación la gente se busca la vida. Quiere seguir en el mercado de trabajo, lógico. Se dan de alta como autónomos para trabajar como sea, bien para servicios o específicamente para la construcción", reflexiona. El responsable de UPTA, que también apunta al comercio "no sedentario" -venta ambulante, por ejemplo-, la hostelería más enfocada al turismo, y hasta el mantenimiento de fincas como otros motores detrás del incremento, incide en un efecto "espejismo" de las prestaciones extraordinarias, "un balón de oxígeno para que miles no hayan cerrado definitivamente sus puertas". Sin el Covid en mayo la subida sería la habitual 300 o 400 autonomos más, estima.
En construcción, las reparaciones no dan abasto, con meses de espera para solicitar una obra. Javier Carballeda, gerente de la Asociación de Constructores de Pontevedra, habla de pymes que "tienen mucho trabajo, por lo menos hasta septiembre u octubre", con arreglos en comunidades de propietarios, pero también apunta "a que en el confinamiento hubo siniestros que no se llevaron a cabo" y que ahora "con el buen tiempo" se reparan, convocados por las aseguradoras. "Es verdad que es un sector en el que mucha gente se ha reciclado, en el que se sabe el oficio, y que llegado el momento del verano, te das de alta como autónomos y regresas", anota Sergio López, al frente la Federación de Construcción y Servicios de CC.OO en Galicia, quien alerta que también hay gente que dedica su "tiempo libre" a estas obras, y utiliza para ello la figura del autónomo.
En el comercio, que vive tiempos convulsos, coinciden en que la reapertura de negocios es una hipótesis difícil. A criterio de Víctor Fernández, presidente la Federación de Comercio, lo que han repuntado han sido los repartidores y los "riders" de empresas como Glovo o Just Eat, espoleados por el incremento de los pedidos a domicilio . "Hubo cantidad de gente que se dio de alta ahí; sé de gente que estaba en ERTE y estuvo haciendo repartos", incide. El sector de los riders los conoce bien Ricardo Castro, secretario de la CUT, que colaboró en la denuncia de un joven vigués contra Glovo precisamente por esta figura: "Es una tendencia; la gente que con el Covid se tira hacia este tipo de salidas", explica. Aunque igualmente advierte de la existencia de una bolsa de nuevos autónomos que eran asalariados y que han sido forzados a la reconversión "excusándose en el teletrabajo".
