El conocimiento de un posible caso de coronavirus entre el alumnado que realizaba las pruebas de la ABAU en el pabellón de As Travesas puso en alerta a la comunidad educativa, reforzar todavía más la medidas de seguridad por parte de la CIUG como por los propios estudiantes que afrontaban ayer su última jornada de exámenes.
Si bien serán ellos los calificados por sus conocimientos, estos jóvenes han querido calificar a la organización de la prueba en materia preventiva, y aunque el resultado roza el aprobado, sí tienen varias "observaciones". "Me parecen medidas suficientes sí, pero también es verdad que me esperaba que fuesen mucho más estrictos en cuanto a la distancia. No contaba con mesas de dos personas, ahí no estábamos a dos metros. Y durante el examen hasta ayer -por el miércoles- lo hacíamos sin mascarilla, cuando en las pruebas del instituto siempre la hemos usado", comentaba un grupo de alumnos del IES Miralba.
Otros jóvenes de Salesianos se unían a su discurso y comentaban que estas medidas "se podían mejorar". "Esperábamos estar en mesas individuales, pero bueno sabemos que somos muchos, más que una convocatoria normal", reconocían estos adolescentes. Por su parte, alumnos del IES San Tomé, comentaban que la situación generada por el posible positivo de un joven del IES Santa Irene la jornada previa no les supuso un condicionante. "Es un examen al que tenemos que venir sí o sí; hay que tener cuidado y ya", explicaban.
Desde el profesorado también eludían a esta obligatoriedad "Creo que por la edad, los chicos lo relativizan más. Están más pendientes de los nervios por el propio examen que por la situación externa", confiesa Malores Villanueva, docente del IES Álvaro Cunqueiro.
Por parte del San Tomé, Eduardo Bragado y Beatriz Iglesias apremiaban que retrasar "más la prueba" hubiese sido un error. "Tiene mucho valor lo que hicieron los chicos, creo que demorarlo otro mes o más tiempo les hubiese creado más incertidumbre", concluyen.
