Regularización de mascotas
El Ayuntamiento de Vigo emitió un bando en el que se obligaba a realizar un registro oficial de los perros en la ciudad. Cada propietario de la mascota tenía un plazo de una semana para poder realizar la petición oficial. En caso de no hacerlo, se podrían imponer multas de 25 pesetas. A cada animal se le colocaría un distintivo que le confirmaba como registrado oficialmente. De esta forma, los responsables municipales regularizaban la presencia de animales en la ciudad y se tenía un control sobre los mismos. Se confiaba en una masiva respuesta por parte de los vecinos.
Agua en las calles
Se intensificó la vigilancia para impedir que se vertiera agua en la calles de la ciudad. El ayuntamiento había prohibido especialmente esta actitud, que había provocado graves problemas y también protestas. Los responsables municipales aprobaron en el pleno una notable subida en la cuantía de las sanciones que podría imponer la Policía Local.