"Siempre encuentras a alguien que te critica por la advertencia, pero en general, el cumplimiento de la parcelación está siendo masiva. La gente se está comportando de forma muy cívica y educada". Esta es la grata valoración que hacen desde el servicio de salvamento y socorrismo en los arenales vigueses a los primeros días de verano, con especial énfasis al pasado fin de semana, donde se juntaron los factores clave del tumulto playero: primer domingo de julio y muy altas temperaturas.
Pero el balance que hacen no podría ser mejor. "Si es cierto que te encuentras a bastante gente en la zona verde, que es la de paso, pero solo por despiste. En cuando les llamas la atención y les informas, se cambian de inmediato; ninguno que se negase, por ahora", señalan fuentes del colectivo que vigila desde el pasado 15 de junio una docena de arenales de la ciudad, incluido Rodas.
Reconocen desde el servicio municipal que con este sistema de división la popular imagen del arenal vigués por excelencia -Samil- abarrotado de sombrillas y sin espacio para un alfiler ya es historia. "Solemos poner el tiempo o la climatología como referencia a las intervenciones por la presencia de mayor o menor número de gente, pero sí es cierto, sobre todo los domingos, que era el día grande, hay menos personas. Ya no está rebosante como antes", aprecian.
Cuentan también, a su entender, que esta masificación se está produciendo por zonas. "Por ejemplo, en la parte dunar de Samil, en la zona de Arganzada, prácticamente las divisiones están vacías, y es en el centro donde vemos mayor concentración de gente. Pero siempre desde el respeto y la educación. Muchos son personas de fuera que todavía no reconocen cómo funciona el sistema de playas, ven la zona verde vacía y libre y se colocan ahí. No hemos encontrado mayor problema que este", explican desde el colectivo de socorristas de Vigo, que este año han sumado una serie de cambios a su trabajo.
Por un lado, cuentan con un equipo completo a mayores y un vehículo de intervención rápida. También apuntalaron con vigilancia el arenal de Carril en detrimento de Figueiras, que cuenta con el apoyo de los vigilantes de Rodas, en las Cíes.
Durante estas jornadas pasadas de mayor afluencia, tuvieron que atender varias intervenciones de carácter más serio y otras que califican como "la anécdota del día". Precisamente esta última tuvo lugar el fin de semana en el archipiélago vigués. "Nos llamó una señora que le había mordido un perro. Nos extrañó porque a Cíes no pueden entrar perros y al final nos confirmó que la habían mordido en el puerto pero por no perder el viaje, navegó igual", narran desde el servicio. También tuvieron que auxiliar a un surfista en O Vao que no daba regresado a tierra y a un joven que "por vergüenza" permaneció apoyado en las boyas durante minutos para no dar aviso a los socorristas.
