"Sin el mercadillo, no podemos vivir. Tenemos que pagar el alquiler, las facturas y comer; nuestros hijos dependen de nosotros". Es el SOS que mandaba ayer uno de los vendedores de los puestos ambulantes de Samil, tras verse obligado a desmontar los tenderetes justo el día en el que regresaban a sus puestos de trabajo después de casi cuatro meses sin poder acudir por la crisis del coronavirus. "La Policía nos dijo que no podíamos estar aquí por orden del concejal, pero no sabemos por qué ni cuándo nos permitirán retomar la actividad; los mercadillos de Coia y Bouzas funcionan desde hace días", anotaba.

Chikh denunciaba el panorama crítico que vive ahora el colectivo. A la crisis del Covid-19, se suma el retraso en la apertura del mercadillo. "Hemos estado varios meses en casa sin poder ganar dinero y no hemos recibido ninguna ayuda. Se aprovechan de la situación para echarnos. Es muy duro, nuestras vidas también importan. Estamos hundidos. La mayoría de nosotros tenemos tres meses de deudas de alquiler como mínimo porque no hemos trabajado en estos meses, no podemos seguir así más tiempo", señalaba antes de concretar que esta coyuntura afecta a más de 30 personas. "Muchas todavía no han vuelto de otros países, pero regresarán a Vigo cuando termine lo peor de la pandemia", comentaba.

Este vendedor ambulante, que lleva en la ciudad olívica desde hace unos 30 años, critica que "nadie se acuerde" de este colectivo de trabajadores. "Los políticos dijeron que nadie se iba a quedar atrás en esta crisis del coronavirus, pero, realmente, no existimos para ellos. En los meses de verano, nos ponemos en Samil para ganar algo de dinero. Llevo en Vigo desde 1990 pagando alquileres y facturas y comprando, soy un ciudadano más. No merecemos este trato. Es muy complicado", subrayaba tras poner el foco de nuevo en el calvario que están padeciendo. "El propietario del piso en el que resido con mi familia ya me ha advertido de que tengo que dar las mensualidades que me tocan cuando empiece a ganar dinero", confesaba.

Sin recibir respuestas durante toda la mañana, decidieron recoger los bártulos y volver para sus casas. El lunes, acudirán al Concello para pedir explicaciones. "Queremos hablar con alguien, que nos escuchen. Esto es muy duro", reiteraba.

Fuentes de la institución de Praza do Rei apuntan que la actividad "no está regulada" todavía y, por lo tanto, no existen protocolos de seguridad sanitaria para poder reabrir el mercadillo. "Estamos con la ordenanza. Siempre se les ha apoyado porque sabemos que es su única fuente de ingresos, pero la salud marca la senda", argumentan.