Cuesta mucho cambiar los hábitos. Todavía más si aparece un inquilino nuevo en el hogar. Es lo que ocurre en el ciclocarril recién estrenado de la Travesía de Vigo, el primero que se pinta en la ciudad y el único tramo de convivencia entre vehículos y bicicletas que se contempla en el proyecto de carril bici ideado por el Concello para conectar Teis con Samil, que ya está avanzado y se espera tener prácticamente finalizado en este mes de julio. Y es que los turismos y las furgonetas continúan aparcando en doble fila, como se ha hecho siempre en este vial: a diferencia de lo que ocurría hace unos meses, esta práctica supone ahora taponar el camino con preferencia para las dos ruedas y los patinetes.

Es una estampa habitual en una de las calles con más actividad comercial y tráfico de la urbe olívica. Ante la escasez de plazas de aparcamiento libres en esta arteria y en los alrededores, los conductores -clientes de tiendas y repartidores, fundamentalmente- optan por ocupar el carril derecho durante unos minutos para hacer recados y completar los encargos en los numerosos establecimientos que dan vida a las aceras de Travesía: estanco, taller, supermercados, frutería, cafeterías... Un panorama similar se dibuja en el tramo verde que recorre las calles Pizarro, Camelias y Venezuela, no tanto en el que atraviesa la avenida de Castelao, integrado en el paseo y con el tráfico motorizado alejado.

Esta situación obliga a los usuarios del ciclocarril a desplazarse a la acera o al carril izquierdo, con el peligro que estas maniobras conllevan para ellos, ya que se introducen en zonas en las que carecen de la prioridad que les confiere el tramo delimitado en el asfalto con líneas rojas. Así lo confirma José Manuel Suárez, el presidente de la asociación A Golpe de Pedal, impulsora de la infraestructura ciclista en Vigo, quien defiende que el Concello ponga en marcha campañas de visibilización para dar a conocer esta nueva figura del paisaje urbano y lograr que le tráfico a motor y las dos ruedas puedan ir de la mano. "Sería fantástico también que los agentes de la Policía Local informasen a los conductores de las novedades, sin multar, pero advirtiendo de que no se debe ocupar el ciclocarril", añade.

Misma postura ofrece el coordinador de Greenpeace Galicia, Manoel Santos, que apoya la puesta en marcha de campañas de promoción para potenciar el uso de las opciones sostenibles y concienciar a los ciudadanos de que estas vías lograrán que la ciudad sea "mejor". "Debe haber un periodo de adaptación, es un cambio muy importante en la cultura de la movilidad. Hay que entender que los coches no son los dueños de la ciudad, hacer un esfuerzo para que se cumplan las normas e informar muy bien y con mucha insistencia a los ciclousuarios y, sobre todo, a los conductores", apostilla.

Uno de los colectivos más afectados por la irrupción del carril bici es el de los repartidores. El presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías de Pontevedra (Asetranspo), Ramón Alonso, propuso a finales del año pasado en una reunión con el Concello realizar estas labores en franjas en las que se espera una menor afluencia de bicicletas y patinetes eléctricos en el carril bici. Hasta la fecha, no ha habido avances: "No estamos en contra de los ciclistas, queremos trabajar".