El pasado día 20 de junio la autopista del mar recuperó la "normalidad" con el establecimiento de dos frecuencias semanales y dos buques, después de que el 22 de mayo regresar a la actividad al ralentí tras el parón del Covid-19. Sin embargo, a esa vuelta, síntoma de la rápida recuperación del tajo en la planta de Balaídos, le falta todavía una pata que no tiene fecha. Hasta ahora los buques desplegados por la naviera Suardiaz (como el Bouzas y el Suarvigo) solo completan el recorrido desde Vigo hasta Nantes-Saint Nazaire (Francia), donde depositan los vehículos de PSA que después son distribuidos en el país vecino, pero sigue en suspenso el enlace previo con Tánger. En la capital marroquí ya esperan los vehículos producidos por PSA y Renault en sus plantas de Kénitra y la propia Tánger, respectivamente.

La apertura de la ruta con el país del Magreb también es clave por la conexión mutua entre las plantas de PSA, y muy especialmente por el transporte de semirremolques que cargan piezas básicas para el "auto" vigués.

Nada que ver con el enlace a Francia, donde se alcanzan cotas de actividad elevadas, como los 3.000 vehículos embarcados a mediados del mes pasado con el refuerzo especial de la embarcación Ro-Ro Mosel Ace, dado el volumen de coches estacionado en la terminal boucense.

De momento, las últimas noticias sobre la gestión de fronteras del Gobierno apuntan a que Marruecos, como Argelia o China, se han quedado fuera de la lista de países ajenos al espacio Schengen de la UE cuya entrada será libre, al apreciar falta de reciprocidad en el paso a sus ciudadanos.