No encontró el BNG aliados suficientes como para sacar adelante su propuesta de retirar del edificio municipal el busto que honra la figura del Rey emérito, Juan Carlos I, y de renombrar la Praza do Rei. Xabier Pérez Igrexas, edil no adscrito y portavoz municipal de los nacionalistas, la justificó así: "Se trata de estar a la altura del nivel de exigencia democrática y ejemplaridad que hoy la ciudadanía mandata. Se trata de una acción simbólica con profundo significado: no por ocupar ningún nivel institucional se tiene carta blanca", razonó. Desde el PSOE, López Font aseguró la negativa de sus ediles a convertir el pleno "en una especie de tribunal", en base a un texto plagado de presunciones o suposiciones, dijo. "Este busto es algo distinto, vamos a dejarlo donde está y vamos a dejar de hacer política con cosas que no importan a los ciudadanos. La colas de fuera no son para apuntarse a la República, sino a la renta mínima", añadió en su turno el popular Alfonso Marnotes.

Solo Marea de Vigo secundó la moción al entender que el monarca emérito "carece de legitimidad" y "no representa más que a sus intereses corruptos". Marea de Vigo propuso que la plaza recuperara su antiguo nombre: Campo de Granada.