La contaminación ha cobrado un papel todavía más relevante en el panorama internacional debido a la pandemia del Covid-19: primero, porque el confinamiento redujo los niveles a cifras históricas que coparon titulares e informativos; después, por la publicación de estudios en los que se relaciona la letalidad de esta enfermedad con el estado del aire. En plena pandemia, Ecologistas en Acción ha emitido su informe correspondiente al 2019, del que se extrae que Vigo registró superaciones destacables de los valores medios anuales y diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para PM10 y PM2,5 -partículas menores de 10 y 2,5 micras-, las más nocivas para las personas, aunque no sobrepasó el límite legal en ningún caso.
El documento firmado por la confederación de grupos ecologistas recoge los datos de las estaciones emplazadas en Coia, Lope de Vega y PSA -dos: este y oeste-. En el caso de las PM10, se detalla que la primera urbe de Galicia sobrepasó los límites marcados por la OMS durante una media de nueve días -la entidad internacional fija el máximo recomendado en tres-, con un promedio anual de 21 ug/m3 (microgramos por metro cúbico) -la OMS recomienda un máximo de 20-. En el de las PM2,5, los datos se elevan a 30 días y 13 ug/m3 -el límite de la OMS está en 10-. La noticia positiva viene de la mano del dióxido de nitrógeno, que arrojó un resultado que se encuadra en las directrices del organismo de la salud: un valor medio de 23 ug/m3.
El origen de este problema se encuentra principalmente en las emisiones originadas por el tráfico motorizado, a las que se suman en mucha menor proporción las causadas por las calefacciones, así como las ocasionadas por el tráfico marítimo y aéreo. Otra parte del pastel la protagoniza la industria.Más de un millón de afectados
Ecologistas en Acción concreta que, como consecuencia de la contaminación, 1,3 millones de gallegos (el 49% de la población) respiraron en 2019 un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones que determina la OMS.
La confederación pone el acento en la importancia de respirar aire limpio. "Es un derecho inalienable de todo ser humano y está sobradamente demostrado que la contaminación atmosférica causa daños a la salud de los ciudadanos y al medio ambiente. Se trata de un problema con una importante vertiente local, pero también de magnitud planetaria, ya que los contaminantes pueden viajar largas distancias", señala en el documento.
Las partículas en suspensión PM2,5 suponen graves afecciones al tracto respiratorio y al pulmón. Están detrás de numerosas enfermedades respiratorias, problemas cardiovasculares y cánceres de pulmón. Los estudios sobre efectos a largo plazo estiman que la exposición a estos agentes puede reducir la esperanza de vida entre varios meses y dos años. Y es que la incidencia de la contaminación en las personas es enorme: según un trabajo elaborado por un equipo de técnicos y expertos coordinados por la Agencia de Salud Pública de Barcelona, se evitarían 800 muertes cada año en la metrópolis condal si la reducción de los niveles que se experimentó durante los dos primeros meses de confinamiento se mantuviera de forma permanente.Las claves de la hoja de ruta
La mayor parte de la contaminación en las áreas urbanas procede del tráfico -mayoritariamente, de los coches-. Por ello, Ecologistas en Acción pone el foco en la necesidad de aplicar políticas para desincentivar el uso del motor, potenciar el transporte público y las bicis, y conceder al peatón más espacios.
