No es una excepción, ni uno más. El "Óscar" de la AIPH viene a incorporarse a una extensa relación de distinciones y aplausos internacionales que la Autoridad Portuaria, en su apuesta por lo ecológico, ha venido cosechando. Ahí tienen un hueco la Comisión Europea, que la incluyó en su informe de 2018 sobre los avances en la economía azul; la FAO -el brazo de la ONU para Alimentación y Agricultura-, que lo señaló para la red de puertos pesqueros azules de 2019; o la UNESCO, que ha recurrido al Puerto para sus cumbres internacionales sobre el cuidado de los océanos.

Y todos los méritos embolsados tienen un hilo común: los planes de Puerto Verde y la estrategia Blue Growth. En esta última se han introducido objetivos como el reto de convertirse en 2030 en un "sumidero" de emisiones -el paso siguiente a la generación cero de contaminación-, y se esperan avances tangibles importantes, por ejemplo, en eficiencia energética. Sobre la mesa está la instalación de paneles fotovoltaicos en las cubiertas de la lonja de O Berbés -dentro del proyecto para convertirla en 4.0-, o en los techos de la Estación Marítima. Recientemente, también, FARO hizo público los estudios para instalar turbinas eólicas en la terminal de Bouzas. La limpieza de los fondos portuarios, el reciclaje de basura marina dentro de la iniciativa ML-Style, o la autosuficiencia energética de Cíes son otros puntales del Blue Growth.