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Gimnasios, salones de actos y bibliotecas, ¿las nuevas aulas?

Guardar una distancia de 1,5 metros entre alumnos obliga a los centros a adaptar los espacios frente al desdoble o clases de tarde

Elaborar el programa de las asignaturas, asignar el profesorado, confeccionar el horario escolar y ahora también distribuir al alumnado. Si bien depende de la evolución o posibles rebrotes del coronavirus, el nuevo curso escolar supondrá más de un quebradero de cabeza para mucho centros educativos, especialmente para aquellos masificados. Y es que contarán con el mismo número de estudiantes, el mismo espacio pero deberán mantenerlos separados -en principio- a una distancia de metro y medio. "En algunos casos tendremos que hacer malabares. Ahora mismo, con los de Bachillerato, lo que hemos hecho es dividir el curso en dos aulas y el profesor imparte la materia en dos horas seguidos, primero un turno y luego el otro", cuenta el vicedirector del IES Castelao.

Como él, son muchos los directores y directoras que definen la situación como una "improvisación". "¿Cómo haremos a partir de septiembre? La pregunta del millón. Es todo tan cambiante que resulta imposible fijar algo ahora. Hay muchas alternativas pero las veo inviables", señala la directora del CEIP Canicouva.

Estas alternativas pasan por redoblar aulas, clases de tarde o habilitar espacios comunes. Así lo explica la directora del IES San Tomé, un centro que cuenta con 800 alumnos y un espacio "que no da mucho más de sí". "Estamos improvisando. Tuvimos que, metro en mano, marcar las distancias y hacerlo todo de manera intuitiva. Con respecto a septiembre, sabemos que será presencial, con mascarilla y cumpliendo la distancia de metro y medio. Por ejemplo, la habilitación de espacios alternativos como el gimnasio. No hay otra solución, acaso que redoblen las horas del profesorado y den clases por la tarde, pero sería duplicar su trabajo", lamenta la responsable del instituto vigués.

Esta situación obligaría a adaptar una materia tan importante como Educación Física o reajustarla, así como el recreo, ya que asegura no habría profesorado suficiente para controlar que todos los alumnos, cerca del millar, cumplan con las distancias de seguridad. "Tendríamos que suprimirlo porque no tenemos personal suficiente para hacer guardias; tendrán que quedarse en el aula viendo películas, tendremos que poner 32 profesores de guardia para los 32 grupos que tenemos y no es algo sano tampoco para los niños. Necesitan el tiempo del recreo para desconectar. O volvemos a una realidad forzada o lo van a pasar mal tanto los niños como la comunidad docente en general", añade la directora del IES San Tomé, en las inmediaciones de Plaza América.

La complejidad de mantener esta distancia social, bien sea de 1,5 o 2 metros, reside en la que ratio de alumnos por centros educativo es la misma que en cursos anteriores. En el caso del IES Santa Irene, a esta circunstancia se le suma la problemática de las obras. Y es que durante el próximo curso, el instituto será objeto de una reforma integral de sus instalaciones. "Vemos el tema con un poco de miedo. Porque a mayores de las obras, que igual limitan espacios, nosotros no contamos con un pabellón o gimnasio propio que habilitar como aulas, empleamos el municipal. Realmente estamos muy preocupado, pero como las instrucciones no son claras, todavía no nos hemos puesto. A partir de la próxima semana iniciaremos las clases para preparación de Selectividad y entonces ahí sí tendremos que ver cómo distribuirlos. Ahora sí tenemos aulas suficientes, pero en septiembre no lo sabemos. Tendremos que pedirle a la Consellería de Educación que nos solucione el tema porque tenemos las aulas que tenemos", subraya la directora del centro de Educación Secundaria Obligatoria vigués.

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Sus palabras coinciden con las de su homóloga del IES Carlos Casares. "Por ejemplo, no hay posibilidad de desdoble porque los profesores son los que son. Se podría habilitar o emplear como aula el laboratorio o el salón de actos por que son espaciosos, pero por el momento no tenemos ningún instrucción. Nosotros disponemos de geles, mascarillas, les recomendamos que no compartan el material y el profesorado acude con mascarilla o pantalla siempre que no sea posible cumplir con la distancia social", explica la directora de este instituto de Bembrive.

Ocupar espacios comunes también es otra de las alternativas que contemplan desde el IES República Oriental de Uruguay. "Los criterios van cambiando. Por ejemplo, de dos a metro y medio, con desdobles, en algunas aulas ya es fácil de conseguir, sería en torno a 20 alumnos por aula. Y luego para emplear los espacios como el laboratorio o la biblioteca, está bien, pero tienen que darnos instrucciones de cómo hacerlo", destaca su jefa de estudios. Igualmente recalca que no van a hacer ninguna organización "hasta que no salgan las instrucciones definitivas".

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