El decreto de estado de alarma lo clausuró todo. El Ayuntamiento, en previsión a la expansión de la pandemia y para plantarle cara, clausuró decenas de paseos, parques, pabellones, recintos públicos, actividades, y también, Vigozoo. El zoo de la ciudad experimentó ayer su particular nueva normalidad con la apertura de puertas, aunque no de forma íntegra, sino hasta el momento en la zona exterior, en sus más de 55.000 metros cuadrados de superficie. "El 80% del parque estará abierto para visitas, preservando aforos y manteniendo distancias", aclaró ayer el alcalde de Vigo, Abel Caballero.

Hasta el 15 de junio no se podrá acceder ni a Nocturama -la instalación de animales nocturnos- ni al reptiliario, por cautela sanitaria. Así pues, el aforo del centro queda reducido a un máximo de 300 personas. A mediados de mes, la desescalada permitirá ampliarlo al 50%.

Vigozoo abrió sus puertas en horario de martes a domingo de 11.00 de la mañana a 18.30 de la tarde. Además de obligar a los visitantes a respetar la distancia interpersonal de 2 metros y a extremar las medidas de higiene, se reorganizarán las rutas de los paseos para evitar aglomeraciones, al igual que en otros espacios de carácter público.

El pasado mes de enero, Caballero anunció su intención de convertir el centro de A Madroa "en un lugar de encuentro con la naturaleza", en el que existan programas educativos y voluntariado ambiental, pero no animales en cautividad. "No quiero un zoo con animales presos; no tiene sentido tener un tigre o león encerrado", dijo entonces. La Fundación animalista Franz Weber, por otro lado, suma más de 25.000 firmas para reconvertir Vigozoo en un recinto de recuperación de fauna silvestre autóctona o decomisada.