¿Cómo afectó el parón judicial derivado de la pandemia del coronavirus? Con la reactivación de la pasada semana, tras reanudarse los juicios y los plazos procesales que permiten tramitar sin obstáculos los procedimientos, y con la reincorporación del 100% de la plantilla judicial que se producirá el martes, ya es posible realizar un balance certero de las secuelas que dejó la parálisis en los juzgados de Vigo. Y lo que arroja es que desde que se declaró el estado de alarma hasta este jueves 4 de junio, un período de prácticamente tres meses, la litigiosidad cayó un 45% en los casi 40 tribunales con los que cuenta la ciudad olívica. Pero hubo jurisdicciones más afectadas que otras. Y una de las que destaca es la de lo contencioso-administrativo, la que se encarga de los pleitos contra la administración: aquí el desplome en la entrada de asuntos fue de un 70%, todo un récord. Y es que las dos salas dedicadas a esta materia solo registraron 58 casos nuevos, lo que ni siquiera representa uno por día. También resultó bastante afectada la laboral, con un bajón de casi el 60%, muy por encima del 30% finalmente contabilizado en los órganos judiciales civiles.
Los juzgados vigueses ya tienen experiencia en eso de recuperarse tras un largo período de inactividad. Y no muy lejana. Se trata de la huelga de funcionarios judiciales, que también duró unos tres meses y que se produjo en un período similar, concretamente entre febrero y mayo de 2018. Pero en esta ocasión la paralización a causa de la pandemia ha sido todavía mayor que la de aquel paro, ya que afectó sin excepción a todos los tribunales, que a causa de las restricciones a las que obligó el Covid-19 únicamente pudieron realizar servicios esenciales. Solo cuando ya estaba avanzado el estado de alarma se permitió la notificación de resoluciones y la presentación de demandas y escritos de asuntos ordinarios. Esta medida adoptada en abril ha ayudada sin duda a atenuar la caída de actividad, pero, aún así, de forma global la entrada de nuevos casos bajó casi un 50%.Jurisdicciones afectadas
Hubo jurisdicciones más afectadas que otras. Uno de los bajones más llamativos se produjo en los dos juzgados de lo Contencioso-Administrativo, que entre el 15 de marzo y este pasado jueves solo contabilizó 58 procedimientos. El año pasado, en las mismas fechas, habían sido casi 200. En todo este período de parálisis por la pandemia estos tribunales solo tuvieron un asunto urgente, una autorización sanitaria. Y los que en condiciones normales suelen registrar con habitualidad se desplomaron. Por ejemplo, los de materia de personal de la administración: hubo un 88% menos, al pasarse, en el período analizado, de los 50 de 2019 a los 6 de este año. O los de sanciones como son los recursos contra las multas de tráfico, al registrarse solo 16, lo que supone una disminución del 58%.
Aunque la jurisdicción penal fue la que en el parón por el Covid-19 tuvo mayor actividad, al tener más materia urgente -detenidos o causas con preso, por ejemplo-, también sufrió un notorio descenso en su rutina habitual. En los juzgados de Instrucción entraron la mitad de casos que hace un año: 1.924 frente a 3.901. Algo que evidencia que la presentación de denuncias por parte de los vigueses se frenó por la bajada de la delincuencia durante el estado de alarma y quizás también por la obligación del confinamiento en casa y el miedo al virus, que hizo que muchos ciudadanos optasen por retrasar este trámite. Y con este escenario en Instrucción, la elevación de casos para su enjuiciamiento a los juzgados de lo Penal se redujo un 77%: fueron 68, frente a los casi 300 de 2019.
Significativo, también en el ámbito penal, fue el descenso en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer: de un 48% al entrar 132 casos frente a los 255 de hace un año. Abogados y policías aportan varias claves: el confinamiento con el agresor hizo que muchas víctimas no denunciasen por miedo y, en el caso de las mujeres que no viven con quienes fueron sus parejas, las restricciones para estar por la calle hicieron bajar conductas delictivas habituales en los maltratadores, como los incumplimientos de las órdenes de alejamiento.
Otro ámbito afectado por esta parálisis fue el de los juzgados de lo Social. Los pleitos laborales bajaron casi un 60%: hubo solo 559, frente a los 1.370 del ejercicio pasado. No llegaron al centenar de demandas de despido. Y las también frecuentes de salarios cayeron a la mitad.
Frente a lo ocurrido en otras jurisdicciones, la civil es la que menos descenso de demandas tuvo, ya que en las últimas semanas hubo un repunte en la llegada de asuntos de esta naturaleza. Así que, finalmente, la bajada quedó en un 30%, al contabilizarse casi 2.800 causas. Un año antes habían sido algo más de 4.000. En cuanto a asuntos ordinarios, los habituales monitorios para reclamar deudas supusieron 777 procedimientos, un número significativo si se tiene en cuenta la parálisis de estas semanas. En todo caso, en 2019, en el mismo período habían sumado más de 1.260.Cláusulas suelo
Los pleitos de cláusulas suelo, junto a otros también de carácter hipotecario, bajaron a la mitad: hubo 150. Y, ya en los juzgados de Familia, la paralización judicial provocó un desplome del 70% en los litigios de separaciones y divorcios. En estas mismas salas, y de forma lógica por las medidas que se adoptaron en esos centros y por su delicada situación frente al coronavirus, disminuyeron un 87% los relativos a ingresos de personas mayores en residencias de la tercera edad.
Y, sin salir del ámbito competencial de los magistrados de Familia, uno de los pocos procedimientos que aumentaron fueron los relativos al control de internamientos en centros psiquiátricos, materia que estaba entre la considerada urgente y esencial. Hubo 154. Los jueces los realizaron a través de videoconferencia con los hospitales.
