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El tráfico recupera el pulso y ya se acerca a la intensidad previa al estado de alarma

El desplome de la circulación de vehículos en el casco urbano vigués alcanzó el 85% en el confinamiento pero, con la desescalada, ya hay zonas donde esa bajada se minoró al 14%

El tráfico recupera el pulso y ya se acerca a la intensidad previa al estado de alarma

Muy difícil será volver a ver imágenes como las que dejó el casco urbano de Vigo en pleno confinamiento, con jornadas laborales en las que las carreteras eran un páramo y apenas se veían vehículos. En lo que a intensidad de circulación se refiere, el lógico desplome derivado de las severas restricciones de movilidad llegó a alcanzar el 85%. Pero eso, con la progresiva desescalada que este junio desembocará si no hay sorpresas en la "nueva normalidad", ya ha cambiado. Y es que el tráfico está recobrando poco a poco el pulso y se acerca a los niveles previos al estallido de la crisis sanitaria y la declaración del estado de alarma. Aún no se recuperó del todo, pero no le falta mucho. Porque en la mayoría de los tramos esa bajada se ha atenuado bastante, situándose, según las zonas, únicamente entre un 35 y un 14% por debajo de lo habitual. Vigo, en lo que al tráfico se refiere, empieza a parecerse a la ciudad de siempre.

"Aún no es como antes, pero ya se nota que hay bastante movimiento", resumía ayer un taxista. No hay los "típicos atascos de hora punta" ya que la actividad escolar no se reanudó, pero la reactivación de los comercios y la vuelta al trabajo de muchos trabajadores se nota, y bien, en las calles viguesas. Un buen termómetro es la avenida de Madrid. La intensidad media semanal en el tramo desde Gandarón hacia la estación de autobuses, por la vía de servicio, fue de más de 17.500 vehículos entre el 2 y el 8 de marzo, de forma previa a la crisis sanitaria. Con el estado de alarma el tráfico empezó a bajar bruscamente y el período de mayor descenso, al alcanzar casi el 80%, fue el del 6 al 12 de abril, con 3.775. Con las fases de la desescalada el número de vehículos empezó a crecer y, entre el 25 y el 31 de mayo, ya en fase 2, esa intensidad media era de 13.333.

Lo mismo ha ocurrido en otras zonas. Por ejemplo en la avenida de Castrelos desde Arquitecto Palacios hacia Castrelos y Balaídos. Allí, antes de la pandemia, la intensidad media semanal era de casi 22.000 vehículos. En el período de mayor descenso, rozando el 80%, se quedó en poco más de 4.370. Y en la última semana de mayo la circulación ya se había recuperado bastante, con 18.587. Y otro ejemplo es Gran Vía desde Hispanidad hacia praza de España, céntrica arteria de la ciudad. Antes del coronavirus la media semanal era de más de 22.000 vehículos. La semana de mayor desplome, un 82%, se situó en 3.810. Y, con la irrupción de la fase 2, ya se superaron los 17.600.

Y lo mismo en la AP-9. La intensidad media diaria (IMD) en el tramo O Morrazo-Rande fue el 9 de marzo, antes del confinamiento, de 60.374 vehículos. El día de menos tráfico, el 6 de abril, fueron 14.991. El pasado 29 de mayo ya se habían alcanzado los 53.143. Son un 29% menos que el mismo día de hace un año, pero la autopista también va recuperando la normalidad.

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