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Las 84 familias del edificio incenciado en Sanjurjo Badía llevan ya 12 días fuera de sus casas

Las obras para restablecer saneamiento, agua y luz están en marcha y se espera que a final de semana parte de los vecinos puedan volver

Pilar y su marido, ayer, en la habitación del hotel de la calle Lepanto donde se alojan. // José Lores

Un voraz incendio en un garaje que causó graves daños materiales en un edificio de viviendas y cuyas consecuencias aún son muy patentes. Ocurrió en plena madrugada del 23 de mayo y las 84 familias que habitan en este inmueble, ubicado a la altura del número 159 de la calle Sanjurjo Badía de Vigo, continúan sin poder regresar a sus domicilios.

Hoy se cumplen 12 días desde aquel fuego y las previsiones más optimistas apuntan a que, si los trabajos en marcha van bien, una parte de los residentes podría ir volviendo a sus pisos hacia finales de semana. Mientras tanto, la mayoría de propietarios e inquilinos que viven en los dos bloques con los que cuenta la construcción están realojados provisionalmente en casas de familiares o en segundas residencias. Y 19 siguen en hoteles por gestión del Concello, al no contar con otra alternativa. Como Pilar y su marido. Aunque relatan que el trato que están recibiendo en el establecimiento hostelero es "excepcional", están deseando ocupar de nuevo su vivienda. "Como en casa no se está en ningún sitio", confiesa esta mujer que, pese al trastorno que ha supuesto el incendio para todos los vecinos, hizo desde el principio una lectura positiva. "Lo importante es que nadie resultó herido", resume.

A la espera de las conclusiones del informe de los agentes del grupo de la Policía Científica de la comisaría, lo que ya se sabe es que el incendio se originó en un coche en la planta 1 del garaje. Ese vehículo y otros cinco resultaron calcinados. Y, de hecho, son los únicos de ese nivel que aún seguían allí ayer, hechos un amasijo de hierros, a la espera de que sean retirados por la grúa. El resto de automóviles ya pudieron ser sacados. Uno es el de Pilar. "Se lo llevó la grúa", cuenta. Afortunadamente, las llamas no lo alcanzaron, pero sí se vio afectado por la intensa humareda negra que se generó. "Quedó negro, negro... Necesitará muchos lavados", describe sobre el estado del turismo.

Ayer a las puertas del edificio siniestrado permanecían varios residentes. Entre ellos Carlos, uno de los miembros de la comunidad vecinal, que se encarga de ir todas las mañanas para permitir el acceso a los obreros. "Están fontaneros, electricistas, trabajadores de la limpieza... Están trabajando en el garaje para reponer los servicios básicos como son el saneamiento, el agua y la luz", cuenta.

El garaje del inmueble, tras el incendio. // Alba Villar

También está acudiendo allí el arquitecto que trabaja en la reforma que se estaba realizando en el inmueble, que hacía muy pocas semanas que había estrenado nueva fachada. Este profesional señalaba ayer que, si los trabajos van bien, hacia finales de semana parte de los vecinos podrían ir empezando a regresar a sus casas y el resto en días posteriores. "Quizá no tengan todavía algún servicio relacionado con las telecomunicaciones, pero los esenciales ya estarían", afirma, añadiendo que también aguardan que pronto se pueda reanudar la actividad en los negocios ubicados en los bajos del edificio. El técnico incide en la importancia de que los edificios, sobre todo los antiguos, revisen sus sistemas contraincendios. "En éste afortunadamente por ejemplo las puertas 'cortafuegos' funcionaron bien, pero hay inmuebles con medidas muy precarias", explica.

Parte de la fachada de esta construcción de Sanjurjo Badía resultó afectada por el humo y el hollín. La humareda también causó daños en zonas comunes interiores que necesitarán limpieza y una buena mano de pintura, así como en pisos. Algunos residentes contaban que están pendientes de la visita de los peritos de los seguros de hogar. La mayoría de vecinos, después de tener que abandonar los pisos a raíz del incendio tras coger únicamente lo "básico", regresaron varias veces más para hacerse con más ropa u otros efectos que necesitaban. "Nos fuimos pensando que iba a ser una semana y ya van casi dos; pero bueno, lo importante es que las cosas queden bien y podamos volver con total seguridad a casa", concluye un residente.

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