El pasado martes la Policía Nacional anunció la reactivación del servicio de cita previa para la obtención o renovación de los DNI y Pasaportes en todos aquellos territorios que se hallaran, como Vigo, en fase II. El aviso venía acompañado de requisitos básicos como la puntualidad en la hora fijada, la obligación de portar mascarilla o el pago (12 euros para DNI; 30 euros en caso de Pasaporte) con el importe exacto, además de acudir de forma individual "salvo para expediciones a menores o personas que necesiten acompañamiento". Ayer, la "nueva normalidad" de este servicio en la Comisaría quedó perfectamente visible, con colas a la entrada, aforos restringidos, turnos entre puestos y, sobre todo, una demanda que no se atemperó ni con la prórroga de un año aprobada por el Gobierno, al igual que para otros trámites obligatorios, como la ITV. "La jornada se va organizando, es evidente que la situación es incómoda para todos. Dentro, la capacidad es reducida", apuntaban ayer desde la Policía. Lo cierto es que las peticiones de cita se han desbocado y, con datos del pasado viernes, no quedaba ni un solo hueco hasta mediados de junio.

De los tres puestos abiertos durante la alarma para expediciones de emergencia, ayer estaban operativos 17 (14 para DNI, tres para Pasaporte), aunque con turnos rotatorios. Para no superar la docena de personas en el interior, en Comisaría se planificó una alternancia (primero los puestos pares, después los impares, ejemplifican) y se trazaron accesos distintos de entrada y salida para minimizar el contactos entre personas.

Además, hay que tener en cuenta las desinfecciones periódicas. Tras la atención a cada ciudadano las sillas, las mesas y los dispositivos donde se posan las huellas se desinfectan; un ejercicio necesario, pero que retrasa el ritmo habitual de tramitación de los documentos. Si en una jornada habitual se pueden llegar a gestionar unos 300, las limpiezas contraen la cifra hasta los 200, estiman. Por otro lado, todos los puestos fueron reforzados durante el estado de alarma con mamparas de separación, tarea que no estuvo exenta de complejidad y que obligó a improvisar algunas soluciones, dada la falta de stock en el mercado.