Cuatro sombrillas bien juntas para tener la mayor sombra posible, unas cuantas toallas sobre la arena y bajo este pequeño techo un nutrido grupo de bañistas casi codo con codo. Concretamente, 23. La imagen es habitual en las playas en otras épocas. Pero no en este preciso momento de desescalada por la pandemia del coronavirus. Ni habitual, ni permitido. Y es lo que ocurrió en Samil este martes, obligando a intervenir a los agentes de la Policía Local.

Una patrulla que estaba en el arenal vigués se quedó sorprendida al ver una multitud de personas agolpada cerca de la orilla a la altura del puesto de la Cruz Roja. Más de 20 personas, adultos y niños, hacían piña en apenas unos metros. Ni distanciamiento social ni, por supuesto, mascarillas. Los agentes, que no salían de su asombro, acudieron inmediatamente a solicitarles que se dispersaran. El grupo tuvo suerte esta vez y su comportamiento solo terminó con una advertencia verbal.

Aunque fuentes policiales aseguran que no está habiendo grandes problemas en los arenales, sí perciben una situación que se repite. "Estamos viendo muchos grupos de cinco o seis personas, la mayoría jóvenes adolescentes, que no son convivientes y que están juntos sin respetar el distanciamiento social", explican desde el cuerpo de seguridad local. Los agentes recuerdan que aunque se permiten las reuniones de hasta 15 personas que no tienen porque vivir bajo el mismo techo, las medidas de seguridad e higiene deben seguir respetándose.