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Raquel Sebastián - Economista e investigadora

"El teletrabajo generará más desigualdad y que aumenten las diferencias entre países"

Solo el 31% de las ocupaciones en Galicia pueden desarrollarse desde casa; y en la provincia de Pontevedra, el 29%

Raquel Sebastián.

El teletrabajo ha avanzado más en dos meses a causa de la pandemia que durante años a pesar de sus beneficios para la conciliación y la lucha contra el cambio climático. Pero también podría causar desigualdad salarial tal y como apuntan los resultados preliminares de un estudio realizado en plena cuarentena por la economista viguesa Raquel Sebastián, el profesor de la Complutense Juan Gabriel Rodríguez, y Juan César Palomino, de Oxford. Como primer paso para evaluar las consecuencias económicas del distanciamiento social en Europa, los tres expertos, que forman parte del grupo Equalitas, han calculado el porcentaje de ocupaciones que pueden ser desempeñadas desde casa y España está entre los países peor preparados.

-¿Cómo surge este trabajo?

-Al principio, cada uno estábamos con nuestros temas, pero a medida que el confinamiento se alargaba se nos ocurrió ver cuántas personas seguían trabajando desde casa y analizar la capacidad productiva de España para teletrabajar.

-¿Cómo han hecho el cálculo?

-Elegimos quince preguntas de una base de datos ocupacional de EE UU para calcular la probabilidad de teletrabajar. Entre otras, si utiliza un traje especial para trabajar, cuántas veces usa el móvil o en qué medida tiene contacto con otras personas. Y después las llevamos al mapa europeo mediante la encuesta de población activa (EU-LFS) para determinar el porcentaje de empleos en los que se puede teletrabajar. Y obtuvimos una media europea del 38% y en España del 33%.

-¿Se esperaban que España fuese el quinto país peor preparado solo por encima de Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia y Hungría?

-No teníamos ninguna idea previa. Sí creíamos que iba a haber mucha diferencia entre el norte y el sur aunque no es tan clara. Y pensábamos que países como Lituania, Estonia y Letonia iban a estar peor pero son economías muy nuevas que han invertido en digitalización. Portugal está un poco por encima de nosotros y los mejor preparados son Luxemburgo, Suiza, Suecia y Reino Unido. España depende mucho del turismo y la hostelería y de la construcción, que son los sectores que más han sufrido los efectos del Covid-19 y han estado parados. Son los huevos de oro de nuestra economía, que depende en exceso de ellos. Pero para ser justos, también es cierto que nadie se podía haber imaginado este escenario. Francia ya ha puesto sobre la mesa un plan para rescatar el turismo. Y también Italia, Grecia y Portugal dependen de este sector.

-Poco aprendimos de la crisis de 2008.

-Cambiar la capacidad productiva no se puede decidir de un día para otro y requiere de políticas gubernamentales a largo plazo y más inversión en ciencia e innovación. Siempre nos han faltado las estrategias a largo plazo.

-El estudio también revela que las ocupaciones con salarios más altos tienen mayor índice de teletrabajo.

-Las ocupaciones con más posibilidad de teletrabajar son altos directivos, ingenieros, abogados o directivos de administración y marketing. Hay una relación muy fuerte entre teletrabajo y salario. Si hacemos una clasificación por salarios, el porcentaje de teletrabajo por debajo de la media no llega ni al 20%. Sin embargo, por encima, el porcentaje aumenta de forma exponencial y llega hasta casi el 70%. Por tanto, el 50% de la población más pobre no puede teletrabajar porque pertenece a los sectores de la construcción o la hostelería.

-También constatan la desigualdad por regiones.

-Hay una desigualdad a nivel individual, pero también territorial porque las comunidades con salarios más altos tienen más posibilidades de teletrabajar. Solo Madrid está por encima de la media europa con un 43%. Y después están Cataluña (36%), Canarias (33%) y País Vasco (33%). Los índices más bajos los tienen Castilla y León (24%), Extremadura (25%) y Baleares (25%) Galicia tiene un índice bastante bajo, del 31%, y por provincias el más elevado corresponde a la de A Coruña (34%) porque influye la presencia de la estructura de la Administración gallega en Santiago, que siguió teletrabajando durante los dos primeros meses de confinamiento. En cambio en Pontevedra es del 29% porque hay muchos empleados en Citroën y la industria auxiliar que no pueden teletrabajar y toda la exportación a través del Puerto también estuvo paralizada. En Ourense y Lugo el índice es del 28 y el 25%, respectivamente.

-El índice de teletrabajo es mayor entre las mujeres, en trabajos a tiempo completo, contratos indefinidos y cuanto más alto es el nivel educativo.

-Los trabajadores a tiempo parcial o con contratos temporales tienen muchas menos posibilidades de teletrabajar. Y hay una correlación muy grande con el nivel de educación. El 53% de los que tienen estudios superiores pueden teletrabajar frente al 10% de los que tienen estudios primarios. En cuanto a las mujeres, pueden teletrabajar un 37% frente al 29% de hombres. Por ahora solo hemos hecho un estudio descriptivo, pero puede deberse a que ellas han elegido tradicionalmente ocupaciones en las que pueden teletrabajar porque son las que se ocupan más de las tareas domésticas y el cuidado de los niños y los mayores. Y durante este confinamiento ya se ha visto que estos trabajos siguen recayendo en las mujeres aunque los dos teletrabajen. Esperemos que este reparto sea más equitativo.

- ¿Qué efectos tendrán estas diferencias en cuanto al teletrabajo en los salarios o el desempleo?

-El teletrabajo va a generar más desigualdad y nuestras diferencias con otros países como Alemania aumentarán. Pero todavía no hemos estimado si va a haber una pérdida salarial o se incrementará el paro. La idea es seguir estudiando los efectos en el mercado laboral.

-Lo que parece indudable es que el teletrabajo se va a mantener.

-Van a cambiar nuestras conductas. No creo que el teletrabajo siga siendo como estos meses, pero sí que trabajaremos algunos días de la semana en casa. Esto ya sucede en otros países europeos pero España no estaba preparada y nos pilló de repente. Muchas empresas han cambiado de forma muy rápida su forma de trabajar. Habrá un antes y un después. Y esto solo es posible introduciendo tecnologías, por eso creemos que se va a acelerar la digitalización. Ya hay restaurantes que han adaptado sus menús para móviles y probablemente estas prácticas continuarán cuando se supere la pandemia.

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