En el inicio de la desescalada, cuando el Gobierno permitió pasear con los niños, salir a correr de forma individual y, posteriormente, las caminatas con las personas con las que se convive, se empezó a comprobar que, aunque una parte de la población respetaba las normas, había personas, y no pocas, que no estaban tomando las precauciones pautadas por las autoridades sanitarias. Y el pasado lunes, el arranque de la fase uno y la apertura de las terrazas de los bares y del pequeño comercio está dejando imágenes preocupantes: colas en las entradas de los locales sin respetar la distancia social necesaria, una importante cantidad de personas que no utilizan mascarillas ni guantes o terrazas con mesas demasiado juntas. Todo esto no está pasando desapercibido para los profesionales sanitarios, que son los que están en primera línea de la batalla contra el coronavirus. Y por eso temen un nuevo repunte de casos y, para evitarlo, piden "responsabilidad",
"Si la situación se escapa de las manos, va a haber que volver al confinamiento y a las medidas de prevención extremas", advertía hace unos días en FARO el jefe de servicio de Medicina Interna del Chuvi, Manuel Crespo.