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Una cara que llegó al hospital rota y sin el ojo derecho

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Fue uno de los casos más complejos al que se tuvieron que enfrentar los cirujanos de Povisa. El diagnóstico de Marta Vidal cuando llegó al hospital vigués era de traumatismo facial severo y pérdida del ojo derecho. El casco que llevaba en el momento del accidente le protegió la cabeza y la frente, pero no así el resto del rostro: nariz, pómulos, mandíbula o mentón estaban destrozados. La imagen que acompaña a este reportaje fue realizada con un TAC multicorte cuando la mujer ingresó de urgencia en el centro sanitario tras el siniestro. Evidencia los daños que tenía a raíz del fuerte impacto y que, intervención quirúrgica tras intervención quirúrgica, se han ido reparando poco a poco.

"Esto es un proceso que aún no ha llegado a su fin, y en el largo camino que ya llevamos andado ha habido muchos sufrimientos, malestares y penurias", afirma Fran, el marido de Marta, sobre las consecuencias de aquel siniestro y la complejidad de los tratamientos médicos que ha necesitado y sigue necesitando su mujer. Para Marta, Fran es su "ángel guardián". "Está ahí incondicionalmente; conoce mi dolor por todo lo ocurrido y es mi enfermero en casa", describe emocionada.

Su familia y todo el cariño recibido en un hospital donde, afirma, hasta la duermen en el quirófano con su "canción favorita", es lo que le devolvió "las ganas de vivir". Continúa en la lucha para "recuperar" parte de todo lo que perdió aquel fatal día de noviembre de 2004: poder trabajar en algo que le llene, volver a masticar sin miedo o ver como su cara continúa mejorando.

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