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El Puerto vigués entra en la "Champions" de la fruta

Grupo Davila transforma el interior de la vieja sede de su filial Transglobal en Guixar en un almacén capaz de conservar en fresco hasta 8.000 toneladas de productos perecederos

En primer término, la nueva nave para la fruta; al fondo, el buque "CMG CGM Fort de France", de la naviera que explota este tráfico. // Grupo Davila

Una infraestructura que marcará un antes y un después en la historia portuaria viguesa de este siglo. Los obreros ultiman estos días los trabajos de transformación que convertirán una vieja nave de Guixar en la refrigerada de mayor capacidad de España. Ningún otro puerto de la red estatal nacional cuenta en su recinto con una instalación que mantenga a temperatura a la carta 8.000 toneladas de productos perecederos. "DART [Davila Reefer Terminal] Vigo", como así ha bautizado Grupo Davila a su nueva filial viguesa, suma a su extraordinaria capacidad de conservación otra ventaja: una localización estratégica, a menos de cinco minutos de la autopista AP-9 y a unos doscientos metros del muelle de contenedores y de la terminal ferroviaria de mercancías (ambos espacios gestionados por sus filiales Termavi y Transglobal). Con estos tres músculos competitivos, a partir de la inauguración de DART Vigo el próximo mes solo será cuestión de tiempo que el movimiento de fruta iniciado este enero de la mano del mayor productor del mundo, el californiano Del Monte Foods a través la naviera CMA-CGM, aúpe a Vigo a los primeros puestos del ranking español en esta jugosa mercancía hasta rivalizar con Algeciras.

Al grupo empresarial capitaneado por Eduardo Davila solo le faltaba disponer de una nave refrigerada para completar la tercera pata del ambicioso proyecto que diseñó cuando en noviembre, como avanzó FARO, cerró el contrato con Del Monte. Con esta decisión, el gigante estadounidense daba por culminada una relación de muchos años con Marín, el puerto por donde hasta finales de 2019 entraba a España casi toda la fruta procedente del otro lado del charco. Un acuerdo de impacto en el sector portuario nacional que en Vigo comenzó a sustanciarse a principios de este año con el atraque en Guixar de los buques de la armadora francesa para dejar los primeros contenedores con fruta sudamericana.

Desde entonces y hasta la fecha, una vez desembarcados en Guixar y tras superar los controles del PIF, estos contenedores cargados de fruta viajan en camión hasta Marín desde donde luego la mercancía se redistribuye progresivamente por el resto de España y Portugal. Desembarcar en Vigo para después trasladarla por carretera a Marín es una operativa errática que, sin embargo, no ha impedido a los directivos del grupo vigués cumplir con holgura los volúmenes que se proponían mover durante estos primeros meses de transición.

Motivados por estos resultados y sabiendo ya que el inconveniente de carecer de una instalación adecuada en el entorno pronto se resolvería, el staff de Davila se lanzó a presentar a nombre de la filial Transglobal una oferta para hacerse con la gestión de la terminal ferroviaria de Guixar con la que ganó el concurso de Adif frente a la propuesta de Copasa. Con este otro tanto, Davila ya tenía cerrado ese trío de la intermodalidad que ansiaba en el puerto de su ciudad natal: entrada por mar, almacenamiento en tierra y salida directa por carretera de alta capacidad.

Tres filiales implicadas

Con estas tres filiales del grupo trabajando con el mismo objetivo, las expectativas del Puerto de Vigo en cuanto al crecimiento del tráfico frutero se disparan. Como poco podría alcanzar hasta las 100.000 toneladas que entraban al año por el puerto vecino. Un movimiento imposible de registrar sin una infraestructura de las características de DART Vigo. Pero sobre todo por esa cualidad del tráfico frutero que suele atraer a otros igual de golosos en términos estadísticos, el grupo vigués quiso que la reconversión de la obsoleta sede de Transglobal, ubicada frente a Vulcano, destacase. Y no solo por poder almacenar 5.000 palés de fruta, el equivalente a lo que cargan 200 contenedores de 40 pies, y distribuirlos en seis cámaras para conservarlos a temperaturas diferentes dependiendo de si se trata de piña o banana, los dos tipos de fruta mayoritaria que exporta Del Monte.

Con una inversión muy superior a los tres millones de euros, la nave de DART Vigo presume de modélica en muchos aspectos. Principalmente por esa tecnología cuidadosa con el medio ambiente, con sistema de refrigeración por CO2, no contaminante, ni tóxico ni inflamable, alimentada por la energía solar captada mediante un entramado de paneles fotovoltaicos sobre el tejado que cubre esos 4.000 m2 de superficie construida. Lindando con la docena de bocas de carga, el interior acoge además laboratorios y oficinas para los funcionarios de los numerosos estamentos que intervienen en la inspección de esta mercancía. Y para realzar la nueva etapa que inaugura el inmueble de noche lucirá una iluminación especial, evocadora de lo que conserva en su interior.

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