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Menores dejan las drogas durante el confinamiento

Las primeras semanas del estado de alarma provocaron conflictos en el seno de familias con algún consumidor joven

El equipo de Érguete, en la sede de la entidad hace unos meses. // Ricardo Grobas

El confinamiento en los hogares por la crisis del coronavirus es un auténtico reto para los colectivos más vulnerables. Resulta especialmente difícil para las personas con problemas de adicciones y de conducta, para los que puede suponer una dura prueba de resistencia. Consumir drogas ilegales durante el encierro resulta más complicado, y el consumo de sustancias legales en soledad se hace más recurrente y adictivo según varias encuestas realizadas a nivel nacional. Según apunta la asociación viguesa Érguete, esta situación también se da en los menores, recluidos ahora todo el día con sus familias y bajo su vigilancia, provocando un aumento de los conflictos en el hogar por el síndrome de abstinencia y el desgaste psicológico del encierro.

Por eso en Érguete han habilitado ya un teléfono (658756739) para ayudar a las familias y a los menores de Vigo a afrontar este problema. Muchos de estos jóvenes, sin embargo, ya le están ganando la batalla a su adicción.

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Lucía Pereda, educadora social de esta entidad, explica que en esta situación "todo es más difícil" porque la convivencia de 24 horas y la ruptura de las pautas de consumo "aumentan la conflictividad familiar". Esta profesional, no obstante, destaca que en la mayoría de los casos se han adaptado bastante bien y que incluso muchos menores adictos mejoran gracias, en parte, al confinamiento. Lucía Pereda asegura que, al inicio del encierro, en las familias estructuradas de la ciudad con menores con problemas de drogas "la deshabituación traía ansiedad y conflicto, y en algunos casos hubo que intervenir en la reestructuración de acuerdos y pautas de convivencia de cara a la mejora del funcionamiento familiar". Sin embargo, apunta, pasadas esas primeras semanas, "la situación tendió a la normalización e incluso al abandono definitivo del consumo en muchos casos".

Respecto a las intervenciones que se pueden realizar por teléfono para ayudar a los menores y a sus familias, reconoce que "son más difíciles", pero "por eso siempre estamos disponibles para que hablar con nosotros sea una vía de escape, sirva de orientación ante las nuevas situaciones que supone el confinamiento y para llevar a cabo una medicación siempre que sea preciso".

Distintos estudios corroboran que el estado de ánimo es un aspecto imprescindible para luchar contra una adicción a las drogas debido al gran esfuerzo y fuerza de voluntad que se necesita, y de cara también a la resolución de los conflictos familiares, muchas veces originados por problemas de consumo, conducta e incapacidad de los padres para el establecimiento de normas y límites y su cumplimiento. Según un análisis publicado recientemente por la Generalitat Valenciana, las personas entre 18 y 20 años son los que dicen estar sufriendo los mayores índices de estrés, ansiedad y tristeza durante el confinamiento. Además, en esta investigación realizada a base de encuestas también se constató un aumento significativo en el consumo de medicamentos y drogas.

Teniendo estas circunstancias en cuenta, el objetivo de los programas de intervención de Érguete es el de crear dinámicas para fortalecer a través de la conversación "el cambio de pensamientos y la elección de actividades para despejar la mente y distraerse".

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