Del mazazo del Covid-19 casi no se ha librado ningún sector ni empresa. Más de un mes de estado de alarma y confinamiento, el parón forzoso de buena parte de la economía, la cascada de ERTE en todo el país, la asfixia que padecen los autónomos y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores se ha dejado sentir en prácticamente todos los hilos que conforman el tejido económico. Su intensidad, eso sí, no es homogénea. Uno de los colectivos que lo padece con mayor virulencia y afronta también unas perspectivas más duras cuando se levanten las restricciones es la hostelería y el turismo. El Gobierno apuntaba ya la semana pasada a un escenario de reactivación de la actividad paulatina y en dos tiempos, con una primera tanda de reaperturas, hasta del verano y que abarcaría a "sectores productivos"; y una segunda, que se prolongaría todo 2020 y en la que entrarían por ejemplo el turismo y ocio. En Vigo el colectivo ya ha perdido citas tan importantes como O Marisquiño o SeaFest, que atraen cada verano a miles de visitantes al municipio, además de la Semana Santa.
En ese escenario, el sector hotelero de Vigo ve además cómo se resiente su músculo con la pérdida -al menos de momento- de uno de sus nuevos "fichajes". Ceetrus, la empresa que está haciendo frente a la construcción de Vialia con una inversión de cerca de 83 millones de euros, ha tenido que aplazar la apertura del hotel que planea abrir justo frente al futuro complejo comercial, en la confluencia de las calles Urzáiz y Vázquez Varela. La empresa -integrada en la francesa Auchan Holding- adquirió un edificio histórico y deteriorado que empezó a reconstruir hacia comienzos de 2019 y ha completado hace escasos dos meses. Su objetivo: reconvertirlo en un alojamiento.
A finales de 2018 trascendía que Ceetrus había alcanzado un acuerdo con Bcool para que la cadena hotelera se encargase de operarloBcool. Según se detalló entonces, el proyecto de rehabilitación lleva el sello del estudio de arquitectura OPV y contempla 24 habitaciones, salas de reuniones, gimnasio y una amplia terraza en la que celebrar actuaciones. La firma Bcool hostels había abierto su primer establecimiento en Bilbao poco antes, en julio de 2017, y desde entonces ha impulsado locales similares en Alcalá de Henares, Santander y Murcia. En su web detalla que prevé además seguir expandiéndose por "nuevas ciudades a lo largo de los próximos tres años", como Córdoba, Santander y Valencia.
En un principio se anunció que el nuevo alojamiento de Vigo se estrenaría durante el verano de 2019, apertura que más tarde se pospuso a noviembre, a tiempo para la campaña de Navidad. Cinco meses después, sin embargo, el edificio sigue cerrado. Desde Ceetrus explican que la razón es que el acuerdo con Ceetrus Bcool -la caída del pacto es anterior a la crisis del coronavirus-, lo que ha llevado a la filial de Auchan a buscar nuevos operadores.
A día de hoy estaría en contacto con "tres o cuatro" firmas interesadas en el alojamiento. Ceetrus espera avanzar en las negociaciones una vez se supere la parálisis creada por el Covid-19. Sobre la mesa tendría tanto la opción del arrendamiento como la venta de las instalaciones, que se destinarían en cualquier caso a uso hotelero.
El hotel reforzará uno de los grandes polos turísticos de Vigo, el comprendido entre Via Norte, Gran Vía, Lepanto, el entorno de El Corte Inglés y Alfonso XIII. En esa franja se concentra cerca de una docena de alojamientos -Zenit, Ogalia, Panton, Occidental, Ipanema, B&B, Pío V, Los Tres Países, Tres Luces o Celta, por ejemplo-, algunos inaugurados o reformados en los últimos tres años. La cadena B&B, por ejemplo, abrió su establecimiento en Alfonso XIII en 2017 tras reformar el antiguo Ensenada con una inversión que superó el millón de euros. El Occidental (México) se sometió también hace poco a una ambiciosa reforma que rondó el millón y medio. Una de las claves de la concentración de alojamientos en la zona es la estación de trenes. De hecho la hostelería del entorno de Urzáiz sufrió un severo varapalo cuando el tráfico ferroviario se trasladó a Guixar, impacto del que se recuperó en parte en 2015 con la reapertura de la nueva terminal y que se verá reforzado con el estreno de Vialia, que se convertirá en uno de los gran polos comerciales y ocio de toda la comarca.
El cronograma trazado por Ceetrus y las administraciones -elaborado mucho antes de la crisis del Covid-19- contempla que el complejo abra sus puertas dentro de un año junto a la nueva terminal de autobuses y los accesos con la AP-9, que incluyen un túnel que permitirá tirar al viaducto de Alfonso XIII.
