Los vigueses denunciados desde el inicio del confinamiento decretado por el estado de alarma ya superan los 2.500. Tanto Policía Nacional, como efectivos locales y Guardia Civil patrullan a diario los viales municipales con el fin de luchar y salvaguardar la seguridad de los vigueses. Fuentes policiales informaron ayer que fueron varias las personas sancionadas durante el fin de semana, dos de ellas por haberse reunido en un portal.

En las últimas jornadas el número de sanciones se redujo de forma significativa con respecto al inicio del confinamiento. Hay casos de todo tipo y excusas de lo más variopintas. Las de ir al súper o al estanco, cuando en realidad se está dando un paseo, son de las más socorridas. Pero también hay quien, una vez "cazado", no recurre a inventiva ninguna. "Estaba aburrido en casa y salí a estirar las piernas", contestaba uno de los sancionados estos días. Y, por poner otros dos ejemplos, ayer era sorprendido un hombre haciendo flexiones en Navia u otro paseando en su silla de ruedas por Pizarro.

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Entre los cientos de infractores detectados en Vigo está un hombre al que pararon en un control. Iba en su coche y alegó que regresaba de entregar documentación de su negocio en una gestoría. Los agentes no lo creyeron: el que fuese en pijama no les casaba con dicha gestión. Otra mujer, pasajera de Vitrasa, puso la misma excusa, la de la gestoría, pero no lo acreditó de ninguna manera.

Desde que arrancó el estado de alarma, los policías intervinieron en varias cafeterías que, aunque con las persianas casi bajadas, tenían clientes dentro. Aunque la percepción es que estas conductas van a menos, también hay sanciones a personas que se reúnen en la terraza u otras zonas de los edificios, algo tan prohibido como salir a la calle.

El confinamiento está impidiendo que muchas parejas que viven en casas distintas se puedan ver. Pero hay algunas que no aguantan tanto tiempo separados y tratan de ingeniárselas para verse aunque solo sea un rato en la calle.