Un Vigo con más vigueses. Ése es el horizonte que perfila el borrador del nuevo Plan Xeral en las próximas tres décadas. Una ciudad capaz de exprimir su papel de capital del área metropolitana y de atraer consigo todo el capital demográfico y económico que no supo retener del todo en los últimos años. Los documentos que acompañan al arranque de la tramitación del PXOM -remitido a la Xunta para la evaluación ambiental estratégica- estiman que la población de la ciudad alcanzará, en el más expansivo de los escenarios, una población de 330.479 habitantes en 2050. Según los datos del IGE, la urbe cerró el año pasado con 295. 364 habitantes, lo que arroja un crecimiento de casi el 12% en algo más de tres décadas y en un entorno,el del conjunto de Galicia, marcado por la sangría demográfica.
Las proyecciones -"realistas", precisan en el Ayuntamiento- parten de un diagnóstico, del que surgen distintos escenarios. La situación de partida es que en lo que va de siglo, hasta 2018, la población de la ciudad apenas medró a una tasa anual del 0,16% -o un 0,23%, si se amplía el periodo desde 1991-. Desde entonces solo logró atraer a seis de cada diez nuevos habitantes del área, principalmente por el "efecto de la descentralización en el empleo" y el "diferencial coste de la vivienda", asume el borrador del PXOM. En el cinturón metropolitano, de hecho, el ritmo de expansión demográfica fue mayor, con una tasa del 0,37% desde los noventa.
Que se reproduzca una u otra dinámica en el futuro es lo que determina los extremos calculados por el Concello. Así pues, en 2041 -18 años después de activado el Plan, desde 2023- la ciudad contaría entre 304.640 habitantes, en el supuesto más tímido, y 319.675, en el más optimista. Y en 2050, nueve años después de la primera revisión, la horquilla se movería entre un mínimo de 309.055 y un máximo de 330.479 residentes.
Las perspectivas demográficas son fundamentales para baremar otro de los puntos clave del PXOM: la demanda residencial. La previsión, tal y como adelantó FARO el pasado domingo, es que la nueva ordenación reserve suelo para unas 50.000 nuevas viviendas para atender "con holgura", en palabras del alcalde, las necesidades del futuro sin llegar a incurrir en otros cálculos "excesivamente ambiciosos", como la inyección de 120.000 recogida en el malogrado Plan de 2008.
En ese sentido, el borrador baraja que para 2041 habrá una presión en el mercado de 31.460 viviendas que, sumadas a las 13.572 consideradas necesarias hasta 2050, redondearían la demanda total en 45.032. Y todo ello, sin valorar una bolsa de otras 10.300 que se encuentran en deficiente estado y que podrían ser, muchas de ellas, potenciales beneficiarias de "un ambicioso programa de rehabilitación", incluyendo unas 2.500 construidas antes de 1950 y que forman parte del acervo arquitectónico de la ciudad.
En definitiva, solo considerando la vivienda principal, el parque residencial de Vigo ascendería a 153.790 al llegar a mediados de siglo, un 34% más respecto a las 115.513 de la actualidad.
Para afinar las prospecciones el Concello ha asumido los cambios en las tendencias sociodemográficas, como el aumento de las familias monoroparentales y los hogares unipersonales, la caída de las tasas de fecundidad o el avance del envejecimiento; factores todos que tienen correlación con el tamaño medio de los hogares. El borrador plantea así un Vigo con más vecinos, pero repartidos en más viviendas. Si en el arranque del milenio en cada uno convivía una media de 3 miembros, en la actualidad ronda los 2,5 y seguirá reduciéndose hasta llegar, en 2050, a los 2,14.
