La planta del Grupo PSA en Vigo se ha dotado de un protocolo de medidas de prevención frente al coronavirus con vistas al reinicio de su actividad, que aún no tiene una fecha definida, con una duración prevista inicialmente de ocho semanas, aunque estará sujeta a la evolución de la pandemia. Este protocolo incluye la instalación de cámaras termográficas en los principales accesos de la fábrica, capaces de controlar simultáneamente la temperatura de 30 personas, así como el reparto de un lote de cuatro mascarillas al día para cada uno de los 7.000 trabajadores de este centro.

Para los trabajos de preparación y puesta en marcha se adquirieron 66.000 mascarillas, y esta semana está prevista la compra a un distribuidor en China de otras 140.000 unidades, suficientes para cubrir la demanda del centro de Vigo en abril. Eso, "si es que arrancamos este mes", ha apostillado el responsable de prevención y salud laboral de la fábrica de Balaídos, Pablo Ramos, quien ha presentado este jueves el protocolo de prevención ante el coronavirus junto al responsable de recursos humanos, Pedro María Rodríguez.

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Rodríguez ha ahondado en que la fecha de reinicio de la actividad productiva en PSA Vigo "no está definida, pero ya estamos preparados para retornar cuando se decida" gracias a un conjunto de medidas de prevención "riguroso y exigente", basado en dos premisas: "proteger la salud de los empleados y la supervivencia natural de la empresa".

Ha enfatizado que el protocolo respeta las recomendaciones de las autoridades sanitarias, cuenta con el aval del Instituto Gallego de Salud Laboral y de Inspección de Trabajo, y se ha enriquecido con la experiencia de la lucha contra el Covid-19 en las fábricas del Grupo en China, concretamente en Wuhan, epicentro de la pandemia.

Una vez comience la actividad productiva en PSA Vigo, lo que se producirá de manera gradual, operarán unas "patrullas de vigilancias" encargadas de velar por el cumplimiento de todas las medidas previstas.Se liberarán los tornos para evitar aglomeraciones en los accesos a la fábrica y se espaciará en media hora el comienzo de cada turno entre las líneas de montaje uno y dos, cada trabajador recibirá un kit de autoprotección, incluidas mascarillas, guantes, gel de desinfección y botellines de agua, además de un pack de comida.

Se ha reforzado la señalización horizontal de todas las instalaciones de la fábrica para extremar el respeto a las distancias de seguridad, incluidos vestuarios, aseos y zonas de descanso, en los que también se acotará el aforo.También se redoblarán las labores de limpieza y desinfección en cada turno y se han instalado carteles con indicaciones sobre medidas preventivas de higiene por toda la planta.

Pablo Ramos ha indicado que el protocolo está basado en dos principios fundamentales: evitar el acceso a personas con sintomatología compatible con coronavirus, y en el caso de que lo haga alguien contagiado pero asintomático, minimizar el riesgo de que se convierta en un foco de contagio. Por eso, la compañía ha establecido un protocolo de autochequeo consistente en la toma de temperatura por la mañana y por la noche durante dos semanas, para garantizar así que se ha pasado la cuarentena previa a acceder al centro.

En el caso de que un trabajador tenga fiebre, tos y fatiga intensa, o sufra pérdida de olfato y gusto, le pide que se abstenga de acudir a la fábrica y contacte con los servicios médicos. Si pese a estos filtros un operario que se ha reincorporado da positivo, el protocolo prevé aislarlo en la zona de enfermería, contactar con el Servicio Gallego de Salud y derivarlo al hospital para la realización de pruebas, en función de su estado. A continuación se procedería a identificar y aislar a las personas que tuvieron un contacto estrecho en su puesto de trabajo, en los vestuarios o en otras zonas de la planta.